Los primeros poblamientos
En la cercana Sierra de Ascoy se hallaron restos de utillaje lítico, datados en el Paleolítico Superior, lo que demuestra un primer asentamiento en la zona muy remoto. En el Barranco de Los Grajos, ubicado en la misma cadena montañosa, los habitantes del Epipaleolítico y Neolítico dejaron una muestra de su paso por el territorio: tres abrigos con pinturas rupestres de estilos levantino y esquemático, con una antigüedad cercana a los 7.000 años.
Se trata de tres oquedades con imágenes de humanos, animales y formas esquemáticas. Entre las pinturas destaca la imagen de dos mujeres cogidas de la mano, una escena que ha suscitado en los especialistas varias interpretaciones, siendo la más extendida la de una danza ritual, que sería una de los primeras manifestaciones de esta naturaleza en la Región de Murcia. Desde 1998 las pinturas rupestres del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, encontrándose entre ellas las de Los Grajos en Ascoy.
En uno de los abrigos donde se descubrieron las pinturas también se halló un enterramiento colectivo del período calcolítico, perteneciente al III milenio a.C. Los estudios han demostrado que el número mínimo de individuos es siete, en edades entre los 15-20 años y los 40-50. Esta fosa contenía ajuar funerario con collares, puntas de flecha y varillas de hueso.
Romanos en Los Grajos
La conexión con el mundo romano aparece en uno de los abrigos con pinturas rupestres del mismo barranco. En él se han identificado varios caracteres, posiblemente una sucesión alfabética de letras, que presentan grandes semejanzas con los textos latinos de la Cueva Negra de Fortuna. También aparecieron algunos fragmentos de cerámica común romana, lo que hace pensar que el refugio fue reutilizado por los nuevos pobladores.