Las ansias algareñas de poseer su propio Ayuntamiento se convirtieron en realidad durante el llamado Trienio Liberal.
Entre los años 1821 y 1823 la Diputación de El Algar, junto con las de San Ginés y Rincón, se constituyeron como municipio independiente de Cartagena, estando localizada la Casa Consistorial en la llamada 'Casa de la Verja'.
Con la vuelta del absolutismo la municipalidad de El Algar fue abatida, aunque hubo nuevos intentos en la década siguiente tras la definitiva implantación del liberalismo.
El Algar minero, agricultor y ganadero
Durante el auge minero de Cartagena y La Unión, en la segunda mitad del siglo XIX y primeros años del XX, la minería también dejó suculentos beneficios a los terratenientes algareños que poseían participaciones en las empresas mineras. Dichos beneficios se plasmaron en la construcción de importantes edificios que en la actualidad constituyen símbolos representativos de El Algar, como el Teatro Circo Apolo o el edificio Rubio.
Junto a la minería, la ganadería porcina y la agricultura de secano fueron las bases de la economía algareña decimonónica.
La primera mitad del siglo XX fue de crisis para los habitantes de El Algar, pues a la decadencia de la minería, que empujó a muchos algareños a emigrar a Cataluña, hay que sumarle la epidemia de Triquinosis que en 1914 sufrió la localidad y que afectó a un total de 275 personas.
Por otro lado, en los avatares de la Guerra Civil, la noche del 25 de julio de 1936 la parroquia de Nuestra Señora de los Llanos fue asaltada y muchos de sus bienes muebles destruidos.
En la actualidad El Algar mantiene una economía centrada en la agricultura y la construcción.