Interior de la Casa de Folklore de La Palma
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Plaza José Maestre y busto de José Marín [Cartagena_La Palma]
Plaza José Maestre y busto de José Marín

La historia de los Ayuntamientos Constitucionales

Como señala el título de una de las publicaciones palmesanas más destacadas, la historia contemporánea de La Palma sucede paralela a la de la evolución de los ayuntamientos constitucionales en España.

A raíz de la Constitución de 1812 muchas casas consistoriales nacerán a lo largo de toda la geografía nacional. Es el momento de La Palma en el año 1813, cuando mediante la agrupación de varios partidos de Los Médicos, Lentiscar y Camachos se logra establecer en el término una Alcaldía.

La vida efímera de este primer intento de autogobierno (abolido un año después con la reinstauración absolutista de Fernando VII) no sucumbió las ganas de los vecinos de aquella zona, volviendo a producirse un nuevo intento en la época del Trienio Liberal, de nuevo truncado con la restauración del absolutismo.

Una tercera y última experiencia en la que la diputación de La Palma contó con Ayuntamiento propio fue la que tuvo lugar durante la regencia de María Cristina en febrero de 1836. En ese momento algunos de los vecinos de aquel lugar solicitaron al Gobierno Civil la reinstauración del cuerpo municipal que años atrás les había sido abolido.

Tal petición fue escuchada y aprobada, pero desde su nacimiento la polémica no estuvo exenta entre propietarios y representantes del Cabildo cartagenero por el reparto de los bienes de propios. Cartagena mostró su intención de no deshacerse de los privilegios que aún tenía en este territorio aún en los momentos de mayor crisis económica.

Por ello, los tributos fiscales derivados de la emancipación que recaían sobre los pobladores se hacían inviables para los habitantes de La Palma. Ante tal situación se demandó la vuelta a la dependencia municipal cartagenera, hecho que ocurrió en 1847 con carácter definitivo.

Desde ese momento aparecerán en la vida local muchas figuras representativas del lugar que velarán por defender los intereses de los palmesanos, el alcalde pedáneo, los celadores, los serenos, los peones camineros, las oficinas de arbitrios...

En la década de los 90 se instala en La Palma, al igual que en otras de las diputaciones cartageneras, la conocida como O.M.I.T.A (oficinas municipales de información y tramitación administrativa), que ofrecían a los habitantes la posibilidad de informarse y tramitar cualquier asunto burocrático desde su propia localidad.

En 1996 se une a este cuerpo administrativo la Junta Vecinal Municipal, compuesta por nueve miembros elegidos por los partidos políticos en proporción a los resultados de las elecciones municipales de cada lugar. Esta organización encargada de realizar pequeñas obras, subvencionar parte de las competencias de las asociaciones locales o colaborar en los festejos y actos culturales, es la que funciona en la actualidad como máximo órgano representante de los palmesanos dentro de su propia localidad.