Zona de grandes cultivos desde la Antigüedad
La zona en la que actualmente se asienta la pedanía totanera de Lébor recibió el influjo de la romanización desde el siglo I a.C., aunque el asentamiento más intenso llegaría en época tardorrepublicana, al igual que en los núcleos próximos. En este periodo, la forma de hábitat recurrente fue el de villas dedicadas preferentemente a la explotación agrícola de la tierra, sobre todo a través de cultivos de regadío para los que se aprovechaban las aguas del río Guadalentín, canalizadas por acueductos como el de Espuña.
En época romana, Lébor constituía una zona de cultivos, tanto de las villas más próximas como de los enclaves limítrofes, predominando probablemente el monocultivo de algún producto de primera necesidad, básico para el abastecimiento de los habitantes de la zona. Esta situación perduraría hasta el periodo musulmán, en el que Aledo se convirtió en la población más importante de la comarca.