La actividad económica de Archivel en el siglo XIX

  Lorca cejaría en su empeño de llevar las aguas de los Ojos de Archivel hasta su comarca en 1854. De esa fecha es la última Real Orden documentada con esa petición. En ella, el Concejo lorquino solicitaba un estudio sobre los beneficios extraibles de la reconducción del agua. Esto provocó que el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz reaccionara y recurriera ante la reina Isabel II, con lo que el proyecto de Lorca sobre el paraje archivelero no se hizo realidad.

  Dentro de la economía del siglo XIX en la pedanía, la ganadería era de gran importancia, dada la cantidad de rebaños que albergaba en su territorio. En lo referente a la pequeña industria destacar la presencia de dos calderas para destilar aguardiente, seis molinos harineros y un martinete, que servía para batir cobre. Las empresas caseras de tejidos eran sostenidas por las mujeres, que utilizaban lienzo de lino y cáñamo, materias primas provenientes de Caravaca de la Cruz, diversos lugares de Andalucía, Murcia y Orihuela.

  Trece años de independencia

  La Administración de Archivel siempre ha estado vinculada al Concejo de Caravaca de la Cruz, aunque existió una importante excepción en el siglo XIX, cuando tendría Ayuntamiento durante trece años. La primera etapa centrífuga respecto a Caravaca de la Cruz se concreta entre 1821-1823 y tuvo como primer alcalde a Don Pedro Bernad Carreño. El siguiente período abarcó diez años de su Historia (1837-1847) y su alcalde sería José María Fernández Quevedo. El término municipal, separado de Caravaca de la Cruz, englobaría las diputaciones de Barranda, Benablón y Tartamudo. En 1874 se produjo el Motín de Archivel, que supuso el levantamiento generalizado del pueblo contra la presión fiscal, acaparando la ira popular la comisión encargada de aplicar la contribución, que tendría esta villa en concepto de consumos.

  El siglo XX archivelero

  La pedanía caravaqueña se encuentra en una fase de crecimiento económico y el encanto natural de sus paisajes la convierten en un lugar idóneo para disfrutar de la naturaleza. Una de las grandes potencialidades que se están explotando, preveyéndose que sean un punto de apoyo para la economía de la localidad, son sus restos arqueológicos, integrantes de un patrimonio cultural que atrae a numerosos visitantes dado su interés turístico. Para ello, se están construyendo y reformando un conjunto de casas de campo y cortijos, que fomentarán el turismo rural en esta zona. En la actualidad destaca también su condición de ciudad dormitorio, a la que acuden numerosos caravaqueños para disfrutar de un entorno tranquilo y apacible, sin olvidar a los archiveleros que trabajan fuera de su población y regresan a su hogar al acabar la jornada laboral.