Castillo de Benizar (Moratalla)
Castillo de Benizar (Moratalla)
Pedro Jesús Vera Garrido
Recinto superior del Castillo de Benizar (Moratalla) [Benizar]
Recinto superior del Castillo de Benizar (Moratalla)

  Ocupación de Benizar por campesinos bereberes

  Tras el Pacto de Teodomiro (713) entre árabes y visigodos las tierras murcianas pasaron a ser una provincia islámica dependiente de Córdoba. Benizar, al igual que sucedió con el resto de sierras del Segura, fue ocupada por grupos de bereberes, integrados por campesinos y vinculados a la jurisdicción del Hisn de Muratalla, centro administrativo y militar de la comarca. Los musulmanes emprendieron un notable desarrollo agrícola y ganadero de la zona, asentando el cultivo del olivo y el pastoreo de la oveja segureña. Durante la etapa del Califato de Córdoba Benizar pertenecía a la cora de Tudmir, dentro del Iqlim de Segura, como el resto de las tierras moratalleras colindantes. Cuando el Califato se fraccionó en taifas, estas tierras pasaron a formar parte de la Taifa de Mursiya.

  El Castillo de Benizar: atalaya fronteriza y nexo de comunicación entre Moratalla, Socovos y Priego

  La inseguridad del ambiente político propició la aparición de hisn o núcleos fortificados durante los siglos XII y XIII. El Castillo de Benizar se erigió imponente en el siglo XII sobre un peñón imposible, desde el que dominaban las fértiles huertas que regaba la Ain-Kibir (Fuente de Arriba) y el Camino de Muratalla. Lo ariscado de su emplazamiento lo convirtieron en una de las fortalezas más inexpugnables de la zona, un lugar donde los habitantes de las alquerías diseminadas por el valle se guarecían cuando había razias.

  La función principal de este Castillo era de atalaya fronteriza y vía de comunicación con Socovos, Moratalla y la inmediata fortaleza de Priego. En lo alto del cerro del Castillo de Benizar aún se alzan los restos de paredes almenadas de lo que fue una de sus torres. El segundo cuerpo es un escarpado nivel montañoso que supera los cuarenta metros de altura y al que no se podía acceder a pie, sino empleando algún tipo de escalera. Cuando el peligro fue de menor envergadura, los pobladores de la fortaleza bajaron a vivir al primer cuerpo, donde se han hallado restos de lienzos de muralla, torreones, viviendas y fragmentos de cerámicas.

  Una vez desaparecida la amenaza fronteriza, estas gentes abandonaron la altura y descendieron al valle. El hallazgo en la década de los noventa de un área de enterramiento islámica en la ladera sur del castillo y la abundancia de tradiciones y elementos musulmanes de la Baja Edad Media confirman lo dilatado del período de poblamiento de la zona.

  Bajo el poder de la Orden Militar de Santiago

  Tras la victoria de Alfonso VIII de Castilla en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) Al-Andalus comenzó a desmoronarse. Aprovechando la coyuntura, en 1242 Pelay Pérez Correa, maestre de la Orden de Santiago y Comendador Mayor de Castilla, conquista Segura de la Sierra y Chinchiya.

  Fernando III, en Carta de Donación firmada en Burgos el 21 de agosto de 1242, concede Segura con todos sus términos a la Orden y un año más tarde, en la Carta de Confirmación firmada por el infante don Alfonso, ya aparecen los nombres de Moratalla, Priego y Benizar como aldeas mudéjares dependientes de Segura de la Sierra. En 1245 el Comendador don Pelay creó las encomiendas de Moratalla, Yeste y Taibilla. De esta forma Moratalla alcanzaba el privilegio de villa y se segregaba de la jurisdicción de Segura de la Sierra. A pesar de ello, la población mudéjar continuó establecida en la zona.

  Con el objeto de favorecer el proyecto repoblador del siglo XIII, la Orden de Santiago otorga el Fuero de Cuenca a estas tierras de frontera, una norma legal que emplearon los cristianos tras la Reconquista para repoblar y reorganizar la convivencia. Pero la proximidad al umbral de la Cristiandad, que con frecuencia asistía a cruentas razias, hicieron inviable la repoblación y los habitantes que permanecieron en castillos y fortalezas de las villas.

  En 1264 estalló la sublevación mudéjar como respuesta al incumplimiento de algunas de las condiciones del Tratado de Alcaraz (1243) por parte de Alfonso X y su Corte. Moratalla cayó en manos de los sublevados y con ella Burgueía, Vulteirola, Priego y Benizar. Según documentos del maestre Pelay, tras la Reconquista de 1266 la población seguía siendo mayoritariamente mudéjar. Como última referencia a Benizar durante este período medieval, cabe citar que en 1347 su fortaleza fue reformada por el comendador Ruy Chacón.