Reveses para la economía de Cazalla
A principios del siglo XIX una serie de acontecimientos dan al traste con el clima de prosperidad en la Diputación. En 1802 la rotura del pantano de Puentes significó un paso atrás en la política hidráulica reformista realizada en la centuria anterior. A ello se sumó la caída demográfica, producida por las enfermedades epidémicas como fiebre amarilla y cólera, que diezmaron la población de Cazalla. Un ciclo de malas cosechas ocasionadas por sequías prolongadas y diversas riadas redujeron, aún más, el número de habitantes y agravaron la crisis.
La política nacional atravesaba momentos de gran inestabilidad, alternándose regímenes contrapuestos, guerras cruentas y alzamientos, que afectaban al territorio. El sistema que acaba imponiéndose es el de alternancia política en el poder entre conservadores y liberales, que permitió que los caciques y las élites de propietarios consolidaran su poder en un ambiente de gran corrupción. Sólo a finales del siglo XIX el número de habitantes experimentó una tendencia al alza en la comarca lorquina, consiguiéndose un cierto progreso.
El siglo XX abre un proceso de prosperidad
A principios del siglo XX la población de Cazalla se dedicaba casi en exclusiva a las tareas agropecuarias. Gracias a la irrigación de la red de acequias y canales las pequeñas plantaciones hortofrutícolas obtenían una agricultura de subsistencia, pero en el momento de apertura a los mercados exteriores esta producción no era lo suficientemente competitiva.
Con la llegada de los avances tecnológicos y fitosanitarios se van abriendo nuevas vías de comercialización para unos productos cada vez más rentables. No obstante, una parte de la población de Cazalla no vive en la actualidad de la agricultura, sino que ha encontrado trabajo en la industria y el comercio, en la cercana Lorca. En las últimas décadas han proliferado por el territorio de Cazalla casas de campo, en ocasiones lujosas, elegidas por numerosas familias de la ciudad de Lorca para establecer su segunda residencia, donde pasan los fines de semana y las vacaciones.