Yacimiento romano de La Quintilla (Lorca) [La Quintilla]
Yacimiento romano de La Quintilla (Lorca)
Torre de Sancho Manuel en Cazalla (Lorca) [Lorca_Cazalla]
Torre de Sancho Manuel en Cazalla (Lorca)


  La villa romana agraria, unidad de asentamiento

  En la comarca de Lorca se han hallado vestigios de la presencia romana en el siglo I a.C. La villa rural para explotación agrícola fue la forma habitual de asentamiento romano en el territorio aledaño a Eliocroca (nombre romano de Lorca), gracias a la fertilidad de las riberas del Guadalentín. En la villa romana llamada Torre de Sancho Manuel, en Cazalla, se han encontrado unas pequeñas dependencias que constituían sus viviendas. Los muros estaban compuestos de zócalos de piedra y alzado de adobe, y los pavimentos del interior se elaboraron con tierra apisonada. Durante los trabajos de excavación de este yacimiento, a principios de los 80' del siglo XX, salió a la luz un tesorillo de áureos escondido en tiempos de Vespasiano.

  A partir del siglo II d.C. existe cierto auge en el poblamiento rural de la zona, con más de cuarenta yacimientos hallados en las inmediaciones de Lorca. Una vez finalizada la conquista del territorio, la población de colonos se asentó y la villa agraria fue la unidad de ocupación. Muchas de ellas se establecieron en anteriores instalaciones de población íbera, sobre nacimientos de agua o próximos al cauce de las ramblas.

  La Torre de Sancho Manuel

  La proximidad a la Vía Augusta de la villa, conocida en la actualidad como Torre de Sancho Manuel, facilitó su permanencia y la extensión de la influencia sobre otras poblaciones vecinas. Incluso llegó a absorber a las pequeñas villas de alrededor, concentrando un mayor número de riquezas. En sus estructuras se ha constatado la existencia de piscinas de opus signinum, construidas por los propietarios para emular las formas de vida de Roma. Para ello edificaban peristilos y atrios ornamentados, que rodeaban de obras de arte. En concreto, en este yacimiento se encontró un conjunto estatuario en mármol.

  La inestabilidad de la Península Ibérica durante la segunda mitad del siglo III d.C. provocó la recesión en la comarca del Alto Guadalentín y la villa de la Torre de Sancho Manuel, que había ostentado su esplendor sobre la comarca durante casi cuatro siglos, entró en una gran crisis. Sin embargo, la necrópolis de la villa se utilizó al menos hasta el siglo IV d.C. Otras villas cercanas como La Quintilla se abandonarían para siempre.