Almendros en flor en La Majada
Almendros en flor en La Majada
Juan Sánchez Calventus

    Los almendros son árboles de dimensiones variables dependiendo de los cultivos, el medio y, sobre todo, la técnica de poda, pudiendo alcanzar hasta los 8 ó 10 metros en regadio.

    Su tronco y ramas son lisos durante los primeros años y a veces con lenticelas pero se vuelven agrietados y rugosos con la edad y adquieren una coloración. Los botones de flor en invierno pueden tener formas diversas, pudiendo ser puntiagudos o redondeados, con diferencias también en su aspecto, color y pubescencia. Sus hojas son normalmente estrechas y alargadas.

    Sus flores tienen cinco sépalos y cinco pétalos, con un estilo único y estambres libres, cuyo número varía de 20 a 40. Los pétalos suelen ser de color blanco y, a veces, rosado.

    Las flores del almendro, igual que las de todas las rosáceas, son hermafroditas y los almendros, autoesteriles, por lo que se debe recurrir a la polinización cruzada. Las dos variedades, receptora y polinizadora, deben lógicamente coincidir en época de floración y ser compatibles fisiológicamente.

    Las flores son genéticamente incompatibles, por lo que requieren polinización cruzada por insectos, principalmente abejas o de otro árbol que sea compatible.

    El período más adecuado para que la flor sea convenientemente polinizada es el de los tres días siguientes a su apertura y para que el trasporte de polen de flor a flor se lleve a cabo, se procesa de los insectos, ya que la acción del viento es poco efectiva. Por este motivo las colmenas de abejas son muy solicitadas por los almendricultores en la época de floración.

    El fruto, la almendra, es una drupa cuyo peso puede variar de 8 a 20. El mesocarpio está recubierto por una epidermis y el pericarpio suele ser pubescente (con vellosidades), aunque también existe el carácter liso. El aspecto general del fruto es verde, ligeramente coloreados de rojo en la madurez. La pulpa del mesocarpio, que puede variar de 0.5 a 1.5 cm de grosor es blanco-verdosa, aunque en esta especie también exista el carácter de carne amarilla. El mesocarpio puede ser utilizado como alimento del ganado.

    El endocarpio se emplea como combustible familiar o industrial y también para la producción de aglomerados. Reducido a polvo, se le utiliza para pulir ciertos metales, para aislar el pan de la placa del horno durante la cocción o, más recientemente, como excipiente de medicinas humanas o para elaborar suelos industriales de alta tecnología contra resbaladuras en condiciones de máxima humedad (el suelo de los camiones frigoríficos, por ejemplo).

    El grano o almendra tiene un peso variable de 0.5 a 1.5 g y con formas muy diversas. Cada fruto puede contener en el endocarpio 1 o 2 granos, pero aunque en otras épocas se buscara la presencia de granos dobles, en la actualidad la industria prefiere granos simples.

    La importante renovación varietal que ha experimentado el cultivo del almendro en los últimos años ha perseguido, primeramente, mayor calidad de fruto y productividad con la floración tardía, evitando así las importantes pérdidas de cosecha por las heladas de primavera.

    En una segunda etapa, se ha buscado variedades que sean: autocompatibles (que no necesitan polinización cruzada, pudiendo plantarse sólo una variedad), autógamas (que producen sin la ayuda de abejas u otros insectos polinizadores), tardías y resistentes al frío.

    Entre las variedades obtenidas siguiendo estos parámetros y que más éxito comercial han tenido en nuestro país destacó en primer lugar la Guara, seleccionada en el Servicio de Investigaciones Agrarias de Aragón, y más recientemente, la Antoñeta y Marta dos variedades fruto del programa de mejora del almendro desarrollado en el CEBAS-CSIC en Murcia por el equipo de los investigadores José Egea y Federico Dicenta.