Crónica de la Final del XXIX Festival Flamenco de Lo Ferro 2008

Si polémica ha sido la Lámpara Minera de este año, no sé cómo calificar lo sucedido en el Festival de Lo Ferro 2008. El Certamen ferreño me ha hecho escribir la crónica más difícil de mi vida, puesto que yo he formado parte durante dos años de su organización. El nivel de esta edición ha sido el más bajo desde que yo asisto al Certamen, unos 10 años.

A la final llegaron algunos cantaores desconocidos y de avanzada edad, poco más que buenos aficionados, dejando en el camino de las pruebas selectivas a enormes promesas del cante como Esther Merino o Niño de Aurora. No se explica cómo llegaron a la final el cantaor jerezano El Almendro, que ya ganó hace pocos años el Melón de Oro, o Sebastián Navas, que ha sido premiado ya varias veces con primeros premios. Pero la sorpresa llegó cuando se anunció el Melón de Oro. El cantaor jienense Francisco Guerrero se alzó con el importante premio para asombro de la prensa y el público. Él cantó con honestidad, expresándose en un estilo marchenero interpretando soleá, minera y petenera. Además de cometer algunos fallos, por su edad no tiene proyección en el flamenco. Sentimos decir esto, pero los concursos deben servir para otra cosa. Y, sin embargo, las dos cantaoras más completas y con mayor futuro, Isabel Guerrero y Elena Camacho, se quedaron con la miel en los labios. La joven malagueña Isabel Guerrero fue, a nuestro juicio, quien mejor cantó en la final. Interpretó malagueña con verdial, cantiñas y una impresionante toná. Pero la decisión del jurado es soberana.

Además, la entrega de premios fue un absoluto desastre, lo que unido a lo anterior me hace sugerir a la Organización que para el próximo 30 aniversario del Festival de Lo Ferro profesionalice su estructura. Pienso que, a estas alturas de la historia del Certamen y con el prestigio ganado, necesitan un Director que entienda de flamenco, un responsable de comunicación con experiencia y relacionado con la prensa especializada, un responsable de protocolo que organice, y no lo contrario, y un jurado con personalidades flamencas de calidad contrastada.

Mientras el jurado deliberaba, actuó la Compañía de Antonio El Pipa, que ofreció un buen espectáculo con alegrías, soléa por bulerías, seguiriya, soleá y fin de fiesta por bulerías. Fue una de las estrellas que desfilaron durante la semana que ha durado el certamen ferreño, donde pudimos ver a Marina Heredia, Fosforito y Capullo de Jerez. Quizás debieran dedicar menos días al trovo, a la copla y a la canción española para concentrar todos sus esfuerzos en el género flamenco.

Pedro Fernández Riquelme.