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MURCIAJONDA

XIII Festival de Jerez: Moraíto

XIII Festival de Jerez: Moraíto

Paco Vargas
Paco Vargas

UN HOMENAJE A SÍ MISMO

    Espectáculo: “Homenaje a La Paquera”. Lugar, fecha y hora: Bodega Los Apóstoles, 27 de febrero 00:00 horas. Aforo: Lleno. Guitarra: Moraíto. Cante: Jesús Méndez, Miguel Poveda (Artistas invitados). Violín: Bernardo Parrilla. Bajo: Ignacio Cintado. Percusión: Juan Grande, Pedro Navarro. Palmas: El Bo, Chícharo, Cantarote, Carlos Grilo.

    Lo que se anunciaba como un homenaje a Francisca Méndez “La Paquera de Jerez”, la gran señora del cante jerezano hasta que dijo adiós a San Miguel, acabó siendo un improvisado homenaje a Manuel Moreno Junquera “Moraíto”. Y es que las cosas de los artistas son así y en Jerez estas cosas se hacen más evidentes.

    Moraíto lleva años viviendo de las rentas de sus nombradas grabaciones en solitario, “Morao y oro” (1992) y “Morao, morao” (1999), cuando actúa en soledad y se enfrenta a su inconfundible toque con la guitarra en las manos sin más ayuda que sus recursos, que son los de siempre, porque él sigue tocando como ha tocado siempre ¿Para qué más? –pensará el de Santiago-; pero el tiempo no pasa en balde y la guitarra evoluciona que es una barbaridad. Sin embargo, eso no parece importarle mucho por lo que pudimos ver en la madrugada compartida del primer día del Festival de Jerez.

    Y eso fue lo que escuchamos: una extraordinaria seguiriya y una ajustada soleá, con la más depurada y señera técnica del tocaor jerezano, que abrieron el concierto en la Bodega “Los Apóstoles”, desbordada por el gentío que logró convocar el espectáculo; y tras las dos piezas iniciales, bulerías de toda la gama de  moraos, tangos y tanguillos. Entre tanto llamó a Jesús Méndez, sobrino de La Paquera y “quien mejor que él” para recordarla en su pretendido homenaje, para que nos dejara una bulería por soleá con marca de la casa que puso los corazones saliéndose por la boca. Canta el joven cantaor jerezano con una fuerza que invade el rincón más frío del mejor cante jondo. Su engrandecido concepto del cante de Jerez le hace ser uno de los más firmes valores de la nueva generación que está tomando el relevo. Su estética de cantaor a la vieja usanza nos llena de gozo y de esperanza. Es recio su cante y no concede florilegios innecesarios a la galería. Es, sencillamente, un cantaor flamenco.

    Miguel Poveda estaba programado como artista invitado –qué generosidad y qué gratitud con Jerez tiene el joven artista-, pero como siempre ocurre se olvidó de protocolos y escalafones y acabó siendo uno más del cuadro, no sin antes rendir su particular homenaje a La Paquera con un cuplé por bulerías del repertorio de la mejor cantaora que ha dado Jerez en los últimos cincuenta años. Miguel se entregó porque sabe que es muy querido en esa tierra. Y el respetable se lo agradeció con pasión y con admiración plena. Parte del llenazo se lo achacamos a él.

    Y como estábamos en Jerez, pues al final se armó la marimorena por bulerías: Moraíto en su papel de director de la “Sinfónica de Santiago” (o parte de ella), Jesús Méndez y Poveda echando el resto. Y Chícharo y El Bo dándose una vueltecita con todo el arte de Jerez resumido en unos minutos. De lujo.