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MURCIAJONDA

XIII Festival de Jerez: Eva Yerbabuena

XIII Festival de Jerez: Eva Yerbabuena

Paco Vargas
Paco Vargas

DEMASIADA TRISTEZA

    Espectáculo: “Lluvia”. Lugar, fecha y hora: Teatro Villamarta, 27 de febrero 21:00 horas. Aforo: Lleno. Baile: Eva Yerbabuena, Mercedes de Córdoba, Irene Lozano, Eduardo Guerrero, Fernando Jiménez. Cante: Enrique el Extremeño, Pepe de Pura, Jeromo Segura. Guitarras: Paco Jarana, Manuel de la Luz. Percusión: El Pájaro, Raúl Domínguez. Idea original y dirección coreográfica: Eva Yerbabuena. Dirección musical: Paco Jarana. Escenografía: Vicente Palacios. Iluminación: Florencio Ortiz. Producción: Eva Hierbabuena S.L.

    El XIII Festival de Jerez abrió sus puertas con un estreno que había despertado grandes expectativas aunque luego no se cumplieron del todo, si bien es cierto que provocó el debate entre aficionados y críticos especialistas, por cuanto el espectáculo se presta a muy distintas visiones y análisis.

    El hilo conductor de la obra es la historia de una persona –Eva, en este caso- que busca en sí misma la explicación a su vida en un momento de melancolía, de soledad, de desamor, hasta desembocar en la alegría que la propia vida proporciona para seguir en ella.

    Y para contar eso –o algo parecido, porque la verdad es que no está del todo claro-, Eva Yerbabuena se vale de un montaje no convencional tanto en la escenografía como en la puesta en escena de los personajes, o en las danzas que se desarrollan sobre el escenario. Un telón, que imita un gran muro con una sola puerta por la que entra y por la que sale, preside la obra a lo largo de su algo más de hora y media. Detrás los músicos, que se les adivina por los bellos sones que salen de las guitarras. Delante Eva, que llega hasta el escenario después de atravesar el patio de butacas, de la misma manera que se va al final. Y en todo el proscenio: la luz poseída, envuelta en tonos oscuros, también melancólicos y tristes, que ayudan al ambiente anímico en el que se desenvuelve un espectáculo presentado con buen gusto, con una estética nunca inhóspita, pero con demasiada tristeza.

    La nueva obra de Eva Yerbabuena tiene dos partes claramente diferenciadas: una en la que las formas contemporáneas de la danza marcan el ritmo y otra en la que la bailora se nos muestra flamenca sin tapujos y se atreve cono nuevas coreografías en bailes como la murciana o el cuplé por bulerías que pone fin a la representación. Todo lo baila bien y tiene destellos de grandeza: sus formas por soleá son personales y siempre novedosas, aunque la falta de luz nos impidiera en esta ocasión verla en plenitud. Sin embargo, entre el planteamiento y el desenlace falta el nudo que le dé a la obra la intensidad narrativa y rítmica de la que adolece en gran parte de ella.

    La música de Paco Jarana, desde el trémolo inicial, sirve de narradora oculta. El cante de Enrique “El Extremeño”, Pepe de Pura y Jeromo Segura cumple un excelente papel. Y el cuerpo de baile está pensado para el lucimiento de la estrella, que para eso lo es. La escenografía está llena de símbolos –el dos de la puerta que indica un orden, la mesa que separa más que une- y recrea con énfasis la oscura confusión de la soledad entre la multitud. La luz, en fin, es esencialmente depresiva.

    Aunque la colaboración especial de Miguel Poveda estaba programada en la soleá, hubo un cambio de última hora y a la obra se le añadió un cuplé para que el cantaor se luciera: se eligió el desgarrador “Se nos rompió el amor”, del jerezano Manuel Alejandro, que hiciera popular la gran Rocío Jurado. Y como el catalán es un consumado especialista en la interpretación de estas coplas por bulerías, pues la cosa resultó y supuso el broche de oro a un espectáculo que precisa rodaje y una mijita de alegría, aunque sólo sea porque estamos con la depresión en todo lo alto y hay que ponerle buena cara al mal tiempo que nos acecha.

© Paco Vargas. Jerez, febrero de 2009