Antonia López
Antonia López
Manuel Avilés

    Esperábamos ansiosos ver a la joven Rocío Segura, pero una enfermedad le ha imposibilitado acudir a su cita con las saetas en el Barrio del Carmen. Pero sí vino su madre, Antonia López, la gran introductora de la saeta flamenca en Almería y maestra, como no podía ser de otra forma, de su hija Rocío. A las 8 ya no cabía un alfiler en el Salón de Actos del Centro Cultural del Barrio del Carmen de Murcia.

Antonia López cantó lo siguiente:

Saeta por Martinete

Saeta por Seguidillas con cambio de Manuel Molina

Saeta por Seguidillas rematada por Debla

Saeta por Martinete con cambio por Carcelera

Primicia: creación de la  Saeta por Tarantas

Fandangos

Destacó con la saeta por seguidillas, que nos puso el vello de punta, por los variados fandangos con los que remató su actuación y, sobre todo, por el estreno de la saeta por tarantas, bella creación de la artista almeriense. La historia citará el día 12 de marzo como la fecha de un nuevo estilo de saetas. Enhorabuena a Antonia, el resultado es verdaderamente hermoso.

Norberto Torres demostró que es un artista renacentista: dominador del estudio flamenco, de la investigación histórica y musical, tocaor de guitarra, conferenciante...

Los aplausos fueron atronadores. La presidenta de la Junta Municipal, María José Laorden, mostraba su satisfacción por el éxito de esta primera jornada y anunciaba más apoyo al flamenco en el Barrio del Carmen.

Entre el público estuvieron José Gelardo y los amigos de la Peña de Sucina.

Tras la actuación, cena con Antonia, su marido, Juan Jiménez, Pepe Gelardo y Norberto, donde seguimos charlando de flamenco y cantando.

Y el jueves 13 nos esperaba una misa flamenca en la Parroquia del Carmen con Rubito hijo al cante y Antonio Carrión a la guitarra. Las previsiones se desbordaron: más de doscientas personas casi llenaron la Parroquia. El sacerdote incidió en su homilía en la relación del arte con la fe: gracias al flamenco o a la pintura se puede acercar una persona a Dios. Alabó la entrega de los dos artistas flamencos. Y razón tenía el cura: Rubito y Carrión se entregaron totalmente: tientos, granaínas, malagueñas, el Padre Nuestro por peteneras, el Cordero de Dios por seguiriyas, verdiales y una despedida por alegrías. Uno sentía la necesidad de lanzar un '¡Olé!' en cada tercio, pero el respeto que se debe al Templo hacía reprimir esos instintos. Al final de la misa, los feligreses y aficionados congregados en El Carmen rompimos en aplausos.

Murciajonda ha conseguido recuperar el flamenco en el Barrio del Carmen, esperemos que vuelva a echar raíces.