III JORNADAS FLAMENCAS DE VILLARREAL

Auditori Municipal, 10 y 11 de marzo

EL FLAMENCO DIFÍCIL

Paco Vargas

Lo del subtítulo no es por casualidad, ni deseo que se preste a confusión; sino producto de la reflexión que, tras asistir al mencionado evento, me ha llevado a la conclusión de que si organizar algo en Andalucía no es tarea fácil, organizarlo fuera de ella, sobre todo en lugares donde la tradición flamenca está diluida por el tiempo y las circunstancias propias del lugar, es una misión de héroes flamencos. En este caso, estos “héroes” tienen nombres y apellidos: Adrián Beas, Mariano Poyatos y Pepe Beas; tres hombres de edad distinta, de profesiones diferentes y hasta de gustos dispares; aunque con una sensibilidad a flor de piel que los lleva a meterse en un empeño de las características y las dificultades del que estamos hablando. Es cierto que han contado con el patrocinio del Ayuntamiento de la localidad, pero no lo es menos que el interés por parte del mismo en darle eco a las Jornadas ha sido el justo: la ausencia de representación institucional y de medios de comunicación locales así lo certifican. Por eso, quizá, la afluencia de público no haya tenido la respuesta esperada; aunque, tal vez, la coincidencia de las fiestas mayores de Castellón (ciudad próxima que aporta gran parte del público) y otros imponderables hayan contribuido. Sea como fuere, lo que no se puede negar es el triunfo artístico y la cuidada organización, aspectos de los que nos ocupamos a continuación.

El día primero, a las diez de la noche, hora anunciada en los carteles, se presentó Mayte Martín con Juan Ramón Caro, su guitarrista habitual, para demostrar que sigue siendo la voz flamenca más hermosa, más sabia y más elegante de las que podemos disfrutar en la actualidad: peteneras, malagueñas, fandango de Frasquito Hierbabuena, seguiriyas de Jerez y Triana con la cabal de El Pena, garrotín, soleares, guajira, bulerías y fandangos de El Gloria fueron un gozo para los oídos y un placer para el corazón de los asistentes, pues no sólo estuvo en profesional sino que transmitió sus ganas al respetable, de tal modo que nadie de los presentes veía el momento de levantarse y la hicieron volver al escenario. Un éxito refrendado por el calor del público, que comprendió, y agradeció con pasión, el esfuerzo de los artistas.

El segundo día tuvo dos partes bien diferenciadas: la actuación de la jovencísima Tamara Bustamante “Aramat”, acompañada de Antón Jiménez -Juan José Suárez “Paquete” no compareció por razones que sólo él debe saber-, que es una cantaora en ciernes, con todas las cualidades para serlo; aunque se ha de aplicar seriamente en el estudio de la técnica y de los estilos flamencos si de verdad quiere llegar: condiciones no le faltan y apoyo lo tiene. Sólo depende de ella, de sus ganas y de su afición. Manuel Lorente, acompañado de Paco Cortés (guitarra) y de Luati (percusión), redondeó una magnífica actuación con detalles de cantaor grande, a la antigua usanza, que dejaron al respetable gratamente sorprendido y no menos satisfecho: con letras de José Ángel Valente, Cuco Sánchez y populares construyó los cantes por tanguillos, alegrías, granaínas, una gran malagueña al estilo de El Mellizo, un cante por seguiriyas, rematadas con una seguiriya de cambio, de factura jonda y auténtica, dos tarantas y un remate por jaberas; cante al que aporta un visión personal que las hace ser diferentes. Intuimos nuevos caminos, en la trayectoria artística del cantaor granadino, que ha de seguir andando hasta encontrarse con el cantaor que verdaderamente es.