Free cookie consent management tool by TermsFeed Equilibrios el pájaro en la red - Región de Murcia Digital
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Equilibrios el pájaro en la red

Equilibrios el pájaro en la red

Israel Galvan
Israel Galvan

    La segunda jornada de la XIII Cumbre Flamenca CAM en el Teatro Romea presentó un programa doble de difícil maridaje.

    Abrió la noche Rosario Guerrero "La Tremendita". La joven cantaora sevillana, de pie, interpreta cantes de fragua. Alargando los tercios, exhibiendo facultades. Continúa con bulerías por soleá. Hace la granaína, rematando con la media granaína y finaliza en modo bulerías. Nada que objetar.

    Fundido a negro. Sin transición ni descanso, sin voz en off y sin aviso. Se baja el telón. Se sube el telón y aparecen tres humanos. ¿Quiénes son? Son El Cante, El Toque y El Baile. ¿Y qué quieren? Quieren traernos el Arte. Pero¿ ¿Quiénes son? Son Israel, Alfredo y Fernando, aunque se hacen llamar ¿La Edad de Oro¿. ¿Y eso qué quiere decir? Eso quiere decir muchas cosas y ninguna. Hace referencia a una época gloriosa de la historia del cante, hace referencia a una obra surrealista, hace referencia a la plenitud creadora  que por periodos alcanzan las distintas formas del arte, hace referencia a cien mil cosas más si quieres. Y, sin embargo, es todo eso y su contrario.

    Al iluminarse el escenario nos mira de frente el bailaor, descalzo, desde la hiriente fealdad de su postura, como un pájaro sostenido en una red. No hay pose gallarda ni apostura. Va a bailar. Es su espectáculo y su verdad. Baila para él, baila para un público inexistente, baila para un público que mira y no entiende,  baila para quien quiera mirar. La técnica depurada de Galván le permite plantear y exponer elementos nunca antes vistos: estampas atrevidas, cierres bruscos, brevedades, pinceladas. Se abre y se pliega. Es un baile seminal y esencial, sujeto al compás y al valor último del arte: la creación.  El cuestionamiento del patrón asumido es evidente: no hay introducción, no hay nudo, no hay desenlace. Presenta los elementos del cuadro disociados y alternados libremente: el baile sin guitarra y sin cante, el taconeo sin bota, el cante sin acompañamiento, el silencio, el compás interior, el jaleo, la guitarra¿Y es flamenco. Y es hermoso.

    Y es el cante aquilatado de Fernando Terremoto: en el fandango lanzado a quemarropa, en la esplendorosa seguiriya, en los tientos, en los tangos, en la soleá, en las bulerías, en la malagueña del Mellizo¿ Canta Jerez.

    Y es la guitarra versátil y luminosa de Alfredo Lagos: jugando con la caña, recreándose en la Granada de Albéniz, por fandangos, por bulerías. Sonando a viejo, sonando a nuevo.

    No hay concesiones, ni guiños. No hay chalaneo. El que quiera¿ que me siga.

La pataíca final, como ya huele, la recrean con humor: el tocaor baila, el cantaor toca y el bailaor canta. Correctos aplausos finales de un público que no parece del todo convencido. La edad de oro de su arte estará por venir¿ Es seguro.

    Nadie hable mal del día antes que la noche llegue.

    Francisco Sarabia Marchirán