Free cookie consent management tool by TermsFeed Entrevista a Antonio Parra - Región de Murcia Digital
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Entrevista a Antonio Parra

Entrevista a Antonio Parra

Antonio Parra
Antonio Parra

Con motivo de la próxima Cumbre Flamenca de la CAM, aprovechamos para entrevistar a su coordinador, Antonio Parra Pujante (Murcia, 1954), periodista, escritor, profesor de la UMU y uno de los gestores flamencos más destacados que ha dado la Región de Murcia.

1-Este año la Cumbre Flamenca de la CAM vuelve a tener el baile como protagonista. ¿Qué elementos o criterios tiene en cuenta  a la hora de programar?

Hace 4 años decidimos dedicar una serie de ediciones del ciclo al baile, entre otras razones porque existen pocos festivales dedicados exclusivamente al baile (en la Región ninguno, que y o sepa), y en segundo lugar, porque en Murcia hay mucha afición a la danza en general y a la danza española y al flamenco en particular. Hay muchas academias y uno de los conservatorios de danza más antiguos de España. De hecho decenas de alumnas y profesoras y profesores reservan cada año sus entradas para la Cumbre. No quiere decir que durante estos años no hayamos contado con el cante, pero hemos hecho especial hincapié en el baile. Regresaremos a partir de ahora a un perfil más clásico de programación. La idea que predomina siempre es la de calidad y ortodoxia, sin olvidar, claro, el tirón en taquilla ni las aportaciones novedosas, aunque huimos de lo que suele ser conocido como fusión. 

2-¿Cómo ha ido evolucionando la Cumbre desde su primera edición en 1992?

Comenzamos en el Aula de Cultura de la CAM, con entrada libre, pero fue tal el éxito desde el primer año que tras las primeras ediciones decidimos ampliar mucho el aforo pasando al teatro Romea. La entrada siguió siendo libre, por lo que se llenaba igualmente, con algunos incidentes provocados por una parte del público que iba sólo por curiosear y molestaba. Luego, un año, intentamos la gratuidad pero haciendo recoger una invitación: la consecuencia fue que un número reducido de personas acaparaba las invitaciones y se daba la paradoja de que, mientas muchos aficionados se quedaban en la calle, había asientos vacíos. Finalmente, para seleccionar al público decidimos poner precio, aunque bastante popular. Desde hace tres ediciones venimos llenando todos los días el teatro con un público realmente interesado en el espectáculo.

Al principio el formato era más clásico: guitarra y cantaor. Ahora intentamos llenar más el espacio del Romea con espectáculos más completos y variados.

3-¿Qué repercusión tiene fuera de la Región de Murcia?

Bastante, tanto de público como de prensa. Viene gente de las provincias y comunidades cercanas, y un periódico como El País ha incluido a la Cumbre en su "Anuario" como uno de los eventos más importantes del flamenco. Hay que tener en cuenta que no sólo ofrecemos espectáculos, sino también actividades paralelas, como cursos, talleres, ciclos de cine flamenco… y  tenemos una colección de libros que ya ha dado algunos títulos importantes.

4- Además de la Cumbre, usted ha dirigido el Festival del Cante de las Minas durante cuatro años ¿Qué visión tiene de esa etapa?

Tengo un gran cariño por ese festival y al pueblo de La Unión. Fue una etapa muy bonita de mi vida, aunque también sufría mucho, porque me tocó una etapa con unas arcas municipales vacías. Se habían hecho antes excesos y a mí me tocaron las vacas flacas, de hecho yo mismo me dedicaba a buscar dinero y conseguí colaboraciones de entidades hasta aquel momento inexistentes. Pese a todo le dimos un impulso mediático e introducimos novedades, como la creación del concurso de baile, "El desplante". También comenzamos la etapa de preselección a lo largo de varias semanas, pues cuando yo llegué en el 92 todavía se hacía cantar a los aspirantes a las diez de la mañana, sin publico y frente a un tribunal que apenas les dejaba abrir la boca, cien cantaores  seguidos. Ahora eso parece un disparate, pero entonces se veía como normal.

5-¿Qué le parece la actual gestión del mismo?

Estoy muy alejado, no conozco la manera de gestionar ahora el festival, así que no debo opinar. Sigue ahí Manolo Navarro como figura de continuidad, es un gran gestor, yo lo nombre subdirector. La verdad es que desde hace tres o cuatro años no participo en nada. Tras ser director continué muchos años como miembro de los jurados. Ahora no cuentan conmigo, y es normal, las personas han de cambiar, no podemos estar siempre los mismos en los mismos sitios. En cualquier caso el festival ha ganado definitivamente la batalla mediática a todos los demás. Es una referencia mundial en el flamenco.

6-¿Y el de Lo Ferro?

Si digo la verdad, pasó de ser un festival simpático, pero un poco caótico y coplero, a un festival importante. Si repaso las últimas ediciones, algunas, por los artistas invitados, me gustaron más incluso que el de La Unión. Pero creo que últimamente ha vuelto a dar un pequeño bajón. En Lo Ferro el esquema es diferente, más clásico, menos glamuroso que el de La Unión, pero tiene sabor, tiene su gracia. A mí me gusta ir cada año.

7- La Región ha sido cuna de grandes cantes y cantaores, pero la nómina actual es la misma que la de hace 10 años. Solo actúan Curro Piñana, Bastián y El Potro, y ahora parece que El Rampa vuelve a estar en activo pues recientemente actuó en la Peña La Platería de Granada. La situación parece preocupante. ¿Cuáles cree que son las causas y las posibles soluciones?

En realidad en ningún lugar salen artistas nuevos, realmente valiosos y personales, con facilidad. Eso se ve en los concursos, en todos están casi siempre los mismos. En eso no es mejor el concurso de La Unión que el de Lo Ferro, el de Córdoba o el de cualquier otro sitio. Pero es verdad que en la Región, además, se añade que abrirse un hueco en el flamenco es más difícil porque existe un cierto chauvinismo andalucista, lo que quizás desanima a los jóvenes. Fuera de los muchos acontecimientos flamencos que se dan en la Región, no hay a lo largo del año un ambiente propicio de peñas o de tradición familiar, salvo algunas pocas familias, como la de los Piñana en Cartagena o los Fernández en La Unión.

8-¿Dónde suele escaparse Antonio Parra cuando quiere escuchar flamenco en directo?

Voy cada año al Festival de Baile de Jerez, allí además suelo encontrarme con viejos amigos del flamenco. Casi siempre colaboro con algún texto, presentación de libros o conferencias. Este año, precisamente, voy a participar en una mesa redonda sobre los festivales y su gestión en la que también va a estar gente de La Unión. Jerez –pese a que este mundo está cambiando aceleradamente– sigue siendo mucho Jerez. Luego tengo mi peña, la Peña Flamenca de la Universidad de Murcia: nos juntamos y todos cantiñeamos un poco. Yo, a veces, hasta me doy mi pataíta por bulerías.

9- ¿Cuáles son los artistas flamencos que más le gustan en la actualidad?

Casi ninguno es ni gitano ni andaluz: Miguel Poveda, Maite Martín, Curro Piñana. Mercé, pese a sus exitosos juegos actuales, me sigue pareciendo una de las voces más flamencas que ha dado el arte jondo.

10-¿Y los clásicos?

En este caso hay muchos gitanos: Caracol por encima de todos. Es el único cantaor que me hace siempre llorar, es como un resorte. Oigo a Caracol y comienzo a llorar como un idiota, aunque haya gente delante. Me da mucho pudor, pero siempre lloro. Terremoto… Chano Lobato es el último y maravilloso representante de un mundo que se pierde para siempre. Por Fosforito tuve pasión, pero hace mucho tiempo que se quedó sin voz. Me entusiasma una parte de Menese. De los más antiguos, entre los que dejaron grabaciones, está Pastora, es decir, la Niña de los Peines, y su hermano Tomás Pavón. En fin, la lista sería muy larga.

11-¿Cree que la Administración Regional debería implicarse más directamente en la gestión del flamenco de la Región de un modo similar al que ha hecho la Junta de Andalucía con la Agencia para el Flamenco?

No estoy muy seguro de si eso sería bueno o no. Necesitaría pensar más en ello. En cualquier caso, de igual forma que ocurre en Andalucía, en nuestra Región el flamenco puede ser un buen reclamo para un turismo distinto.

12-¿No parece incompatible que la Junta luche por la declaración del flamenco como Patrimonio de la Humanidad y al mismo tiempo asuma la exclusividad de su gestión como algo propio de la idiosincrasia andaluza?

Sí, me parece una gran paradoja, algo incompatible, algo así como la cuadratura del círculo. Todos sabemos que el flamenco nació en Andalucía, nadie que conozca un poco niega ese origen. Pero, felizmente, ahora es una música universal y además cosmopolita. Un Patrimonio de la Humanidad.

13- Hablemos de los artistas de la tierra. ¿Qué opinión le merecen Curro Piñana, Bastián y El Rampa? ¿Y Carlos Piñana y Pascual de Lorca?

La familia Piñana es admirable, desde el abuelo, Don Antonio Piñana, ya desaparecido, a su hijo, el guitarrista Antonio Piñana. Y por supuesto, los jóvenes Curro y Carlos, de lo mejor del flamenco actual. El Rampa no ha tenido suerte, es un cantaor estudioso, tiene una vocación a prueba de bombas, es de una gran honradez profesional. Siempre ha querido estar en los límites ortodoxos marcados por Mairena, pero es muy difícil salir adelante desde Cartagena. Pascual de Lorca es un caso sorprendente y admirable: ser de Lorca y triunfar en Jerez como tocaor para el cante es dificilísimo. Él lo ha conseguido, a mí me gusta mucho.

14-Sabemos de su predilección por el baile. ¿Qué nos puede contar sobre Nadia Márquez? ¿Conoce a la joven Cynthia Cano?

Nadia ha ido mejorando mucho. Estando yo de jurado en La Unión, en una de las primeras ediciones de "El desplante", le dimos el segundo premio. Ese año el primer premio quedó desierto. Tiene fuerza y es estilosa. Hace tiempo que no la veo actuar. Lamentablemente, a Cynthia apenas la he visto bailar, así que me reservo la opinión. Es una asignatura pendiente que tengo y que espero superar pronto viéndola en un escenario.

15-¿Qué próximos proyectos flamencos prepara?

Estamos en un proyecto muy bonito, de pequeño formato, en el Archivo Regional, es una propuesta de la dirección general de Archivos y Bibliotecas. El formato es a base de reuniones a la manera del viejo café o de las peñas, en el bar del Archivo. Sigo participando en algunos encuentros o congresos, o escribiendo en medios. Ya no tengo demasiados proyectos, salvo seguir escuchando el flamenco que me gusta.

Por Pedro Fernández Riquelme