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Las entidades bancarias no funcionan solicitando datos a través de correo electrónico. Por lo tanto, nunca hay que revelar nuestros datos bancarios o nuestras claves por e-mail. Así, no se debe responder nunca a correos en los cuales se nos pidan claves de seguridad, números de tarjeta o de cuenta…
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Para realizar cualquier transacción bancaria a través de Internet se debe acceder a la web de la entidad, pero nunca haciéndolo a través de un enlace que recibamos en nuestro correo.
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Una vez en la web del banco, para dar cualquier dato debemos encontrarnos en una web cifrada: Aquella cuya dirección comienza por https://, y no por http://, como habitualmente. Las páginas cifradas se pueden reconocer también porque en la parte inferior derecha de la misma aparece la imagen de un candado cerrado.
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Se debe evitar hacer estos movimientos bancarios en Cibercafés o en lugares de acceso público a Internet, ya que esos ordenadores podrían tener algún método de captación de datos.
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Una vez hecha la transacción bancaria, se debe cerrar la sesión que hemos iniciado y, en caso de estar en un equipo que utilizan más personas, no dejar nunca la pantalla abierta.