En todo el proceso tanto de producción como de venta y consumo de alimentos, es necesario cumplir unas normas básicas de higiene. En lo que respecta al consumidor, estos son los principales consejos:
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A la hora de comprar, los alimentos deben estar expuestos en estantes y separados según productos: carnes, pescados, lácteos.
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El etiquetado debe estar claro, con un margen amplio para la fecha de caducidad. Las cámaras frigoríficas y congeladoras no deben sobrepasar la línea de seguridad.
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La manipulación ha de ser la mínima e imprescindible durante el cortado, pesado y envasado.
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Es aconsejable vigilar la presentación, aspecto y manipulación de los alimentos. Si no estamos conformes podemos quejarnos al vendedor o al responsable del establecimiento.
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Si consideramos que la falta es grave, se puede poner en conocimiento del departamento de Sanidad del Ayuntamiento, la Oficina Municipal del Consumidor o alguna asociación de consumidores. Todo establecimiento ha de facilitar hojas de reclamaciones a los clientes.