Arbolillo de habitualmente 3-5 metros de altura, que puede alcanzar mayores dimensiones en condiciones óptimas, hasta 20 metros, con carácter excepcional. Tronco de corteza surcada y hendida, grisácea o pardo-grisácea, de tonalidad oscura, y ramas erectas, ascendentes, rematadas en ramillas de apariencia articuladas, que parten en múltiples direcciones, configurando una copa cónica en los ejemplares más jóvenes, subárbustivos, ovoide en los adultos, e irregular en los más longevos, no especialmente densa. Hojas diminutas, reducidas a pequeñas escamas, triangulares, no mayores de 2 mm de longitud, dispuestas en pares y a su vez en grupos de cuatro, con glándulas. Conos masculinos terminales, al final de las ramillas, pequeños, de hasta 4 mm de longitud, ovoides, con numerosas escamas cargadas de polen, primero amarillentos, pardos en su senectud. Conos femeninos de cuatro escamas en un único verticilo, que se transforman en un fruto de tipo piña, leñoso, de hasta 2 cm de diámetro, que tiene cuatro valvas provistas de un pico al final del surco dorsal y 1-2 semillas aladas en el interior de cada una de éstas, muy características.
Hábitat y distribución
Crece en terrenos secos y soleados, con suelos por lo general poco profundos y pedregosos, constituyendo una formación vegetal arbórea abierta, de ejemplares dispersos, acompañados mayoritariamente de matorrales de esparto y otras especies (palmito, acebuche, etc.), que con frecuencia presenta pastizales y herbazales ricos en bulbosas. Planta Mediterráneo occidental, principalmente norteafricana, presente en Europa sólo en España y Malta. En la Península Ibérica está restringida a la Región de Murcia y al cuadrante sureste de la provincia, en particular a las sierras orientales de Cartagena, donde se localizan las únicas poblaciones silvestres, en el Sabinar, Calblanque, Monte de las Cenizas, Peña del Águila, Escombreras y la Fausilla; los ejemplares de la Algameca y Monte Roldán han sido considerados tradicionalmente resultado de plantaciones. En territorio español destaca además el grupo de individuos citado en el Coto del Rey, cerca de Hinojos (Huelva), descubierto en 1997, defendido –seguramente de forma acertada– como natural, al no existir indicios de su artificialidad.
¿Dónde encontrarlo?
En el Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas, muy cerca de la pedanía cartagenera de Atamaría, que se encuentra junto al Campo de Golf de la Manga Club, y más concretamente en la zona frente al cruce de las carreteras que conducen de Portman a los Belones (RM-314) y de El Algar a Atamaría, parada habitual de botánicos y aficionados durante décadas, que además dispone de aparcamiento amplio muy cerca.
También es muy recomendable una visita –por sus espectaculares dimensiones– a la sabina de Huerta Espuña, en el Parque Regional de Sierra Espuña, un ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata) centenario, plantado por indicaciones de Ricardo Codorniú en el principal vivero en la sierra durante la ejemplar reforestación, que se encuentra rodeado de congéneres –también de importante tamaño– en un pequeño y singular bosquete. Este árbol monumental el más grande de la especie, tanto en altura altura como en grosor de tronco, con 20 m y 2,2 m, respectivamente. Para acceder al árbol será preciso consultar su ubicación en el Centro de Visitantes del Parque, que sólo cierra los lunes.
Los murcianos que frecuentan el Paseo y Jardín del Malecón pueden buscar el árbol centenario de esta especie, de 12 m de altura y 1,40 m de perímetro de tronco, que se encuentra cerca de la Puerta del Instituto o del "Nairobi". Esta singular Sabina del Jardín Botánico de Murcia es testigo aún vivo de los orígenes del jardín del primer instituto de la ciudad y de la Región.
Observaciones
Se trata de una especie emblemática de la flora murciana, auténtica reliquia del Mioceno tardío, que por la exclusividad de su distribución para territorio continental europeo en las sierras de Cartagena supone una de las más notables aportaciones de la Región a la biodiversidad de Europa. Durante décadas, en diversas publicaciones botánicas, algunas incluso centenarias, se ha destacado la escasez de individuos y el riesgo de su desaparición inminente, como llegó a advertirse en repetidas ocasiones durante el siglo XX, en particular en la década de los cincuenta, si bien actualmente las poblaciones se encuentran en buen estado y los últimos censos aportan la cifra de 7500 ejemplares para las poblaciones silvestres. No obstante las perspectivas de cambio climático definen un panorama nada halagüeño que podría conducir a la extinción en las sierras cartageneras. Además, aunque sin evidencias y resultados concluyentes, se ha sugerido, desde el Departamento de Botánica de la Universidad de Murcia, la hipótesis de que los ejemplares murcianos tengan origen antrópico y que esta especie fue traída a al territorio cartagenero en época romana o anterior por su utilidad para entibar minas con su madera, de la que se obtenían resistentes vigas.
Para los sabinares de ciprés de Cartagena se describe en 1975 la asociación fitosociológica Arisaro simorrhini-Tetraclinidetum articulatae, que define el hábitat de interés comunitario “Bosques de Tetraclinis articulata” de la Directiva 92/43/CEE o Directiva Hábitats, con código de hábitat 9570.
Especie protegida, incluida en la categoría "Vulnerable" en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia (Decreto 50/2003, BORM núm. 131), cuyo Plan de conservación ha sido redactado por el Departamento de Ecología de la Universidad de Murcia y dirigido por Miguel Ángel Esteve y Jesús Miñano.
Otros nombres comunes en español para Tetraclinis articulata son alerce europeo o árbol de la Sandáraca, resina amarillenta que puede extraerse de este arbolillo, y de otras cupresáceas, utilizado para fabricar barnices, aunque el nombre más apropiado, según se haindicado en diversas fuentes, es el africano arar o araar, que toma prestado el proyecto desarrollado por la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) para la recuperación de la fitodiversidad del Sureste Ibérico, iniciado hace más de dos décadas. No obstante, recientemente, se ha propuesto el uso del nombre tuya mediterránea, en el libro Tetraclinis articulata: biogeografía, ecología amenazas y conservación, de Esteve y otros (2018).
José Antonio López Espinosa