Aquel verano de 1.959, disfrutando de los saludables baños y las brisas yodadas del Mar Menor en las playas de Lo Pagán y de Santiago de la Ribera, conoce Carlos a una guapa chica madrileña, que con su familia, también se encontraban entregados a la placidez del veraneo; no sabemos si nuestro biografiado se valdría de sus aptitudes poéticas para confeccionar algunas rimas declarando su amor, pero si, que fuera como fuera, fue correspondido, por la chica, y un buen día, el 5 de Septiembre de 1.959, se celebra la boda en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario de Balsicas, entre Carlos Fuentes Peñafiel de 26 años de edad y la señorita Josefina Zambudio Cerezo de 17 años de edad, natural de Madrid, hija de José Antonio Zambudio Valcárcel y Ángeles Cerezo Murcia, siendo padrinos, Rosario, hermana de Carlos y esposo de esta, Francisco Meroño García, bendiciendo la sagrada unión el señor cura de la parroquia Don Andrés Canovas Canovas. Actuó de delegado el señor juez de Torre pacheco, Don Daniel Briones Espin, firmando como testigo Francisco Aparicio Cortado.
En los primeros años de su matrimonio, Carlos sigue en el negocio del cine, y lo hace compatible con la agricultura, por la que siente verdadero entusiasmo y afán; construye un pozo para conseguir agua, y pone algunas tablas de huerta y al mismo tiempo se hace cargo de la corresponsalía del Banco Popular en la zona, trabajando intensamente.
El matrimonio seguiría viviendo en Balsicas, en la casa del abuelo Antonio que, después de unos años, ya fallecido éste y adaptada a las comodidades y exigencias de la vida moderna, seria domicilio definitivo de una prolífica y numerosa familia, integrada por sus hijos:
María Pancracia nacida el 4 de agosto de 1.960, Cayetano José, nacido el 13 de diciembre de 1.962, José Antonio, el 30 de mayo de 1.967, Ángeles Carlota, el 2 de octubre de 1.971, Carlos Abel, el 26 de abril de 1.974 y Rubén, el 1 de diciembre de 1.976, todos en Balsicas, donde son bautizados.
Llegan después los nietos: Maria José, Ángela y Raquel de María Pancracia, casada con Juan José Egea, empleada de Caja Murcia. Carlos, Alfonso y Javier, de Cayetano José, casado con Inmaculada Ortega, empleado de el Banco de Valencia. Cayetano, de Ángeles Carlota, casada con Rubén Solbes, Licenciada en filología inglesa, funcionaria de carrera. Carlos, Berenice y Cayetana, de Carlos Abel, casado con Berenice Meroño, Delineante de la administración publica. Los otros dos solteros: José Antonio, Licenciado en Geografía e Historia, trabaja en el Conjunto Monumental de San Juan de Dios en Murcia, y Rubén, Licenciado en Bellas Artes, trabaja como profesor de dibujo en un instituto, en Cartagena.
Al cabo de los años por motivos de estudios de sus hijos, traslada su residencia a la capital Murciana, pero su casa de Balsicas, la que considera su verdadero hogar es frecuentada por la familia. Es destinado a San Javier dónde trabajará hasta el año 1998 cuando se jubila con 65 años, el mismo día de su cumpleaños.
En el año 2000 adquiere un hogar en La Puebla de Don Fadrique (Granada), en la parte alta del pueblo, va todos los fines de semana, para disfrutar de la nieve, de la Sagra y de la tranquilidad junto con su esposa, hijos y nietos.
El último libro que publicó fue 'Retornos. Antología leve', publicado por el Ayuntamiento de Torre Pacheco, en 2005. En él se incluían treinta y seis poemas, escritos entre 1969 y 1999, y que fueron ilustrados por su hijo el pintor Rubén Zambudio. La mayoría de los poemas que componen el libro fueron galardonados con flor natural y primeros premios en certámenes nacionales.
En el año 2008 se presenta a su último concurso los “II Juegos Florales de Las Torres de Cotillas”, con el poema “La Promesa Candeal” , el último verso dice:
Voy a irme, Salceda y aquí dejo
mi alma de juglar encadenada;
el vibrar de mi viento y mi poesía
y esta concisa tristeza delgada…
Torres de los negros ojos
y de la noche de plata.
Fallece el 25 de Agosto de 2009, a la edad de 76 años, en el domicilio familiar de Balsicas, en compañía de toda su familia. Su cuerpo descansa en el cementerio parroquial de Avileses, Murcia.
La Asociación literaria “ Las Torres” y el Excelentísimo Ayuntamiento de Las Torres de Cotillas le rinden su homenaje póstumo el día 29 de Octubre de 2009.
Pongo a Dios por testigo
que es verdad lo que cuento y lo que digo.
A la lluvia verdal llamo y requiero
en la ausencia ancestral donde la espero.
Y a la tierra me entrego frutalmente
con un ansia voraz, incandescente.