La Ley 4/89, de 27 de marzo, de conservación de los espacios naturales y de la flora y fauna silvestres, preveía en su artículo 25 la elaboración de un Inventario Nacional de Zonas Húmedas a partir de la información proporcionada por la Comunidades Autónomas con el fin de conocer su evolución, y en su caso, indicar las medidas de protección que deben recoger los Planes Hidrológicos de Cuenca.
Diez años más tarde, en 1999, se consideró que era el momento apropiado para llevar a cabo la revisión del inventario con dos objetivos básicos: comprobar la evolución de los humedales después de una década y la adaptación de la información a las nuevas tecnologías disponibles (bases de datos y sistemas de información geográfica). De esta forma, el inventario podría ser usado como herramienta de conservación y gestión. En consecuencia, la Consejería de Industria y Medio Ambiente, anteriormente de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, firmó un convenio con la Fundación Universidad-Empresa en cuyo marco se realizó el trabajo denominado "Revisión y Actualización del Inventario Regional de Zonas Húmedas".
El concepto de humedal utilizado para la realización del Inventario Regional es el que se adoptó en el Inventario Nacional de Humedales de la Dirección General de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas y Transportes en 1991:
"Un humedal es aquella unidad funcional que constituye una anomalía hídrica positiva en el paisaje, de origen natural o artificial, que no es ni un río ni un lago, y que se caracteriza por presentar comunidades biológicas o usos característicos que la diferencian del entorno".
Esta definición tiene en cuenta la presencia de agua libre en la superficie del terreno o de un nivel freático lo suficientemente próximo a ella para condicionar los procesos físicos y químicos, el tipo de suelo, las comunidades biológicas que se desarrollan e incluso los posibles usos que de estos humedales pueden llevarse a cabo.
De éstos, siete humedales del primer inventario han desaparecido; dos han sido desclasificados y 33 han sido incluidos como nuevos en la revisión. De esta forma, el Inventario Regional se encuentra actualmente integrado por 98 humedales que constituyen una superficie aproximada de 18.500 hectáreas. Esta superficie total no incluye los embalses por las dificultades encontradas en su delimitación, debido a las fluctuaciones que experimentan la superficie y la profundidad de la lámina de agua, ni tampoco las fuentes y manantiales debido a su carácter puntual. También se ha constatado la importancia numérica y funcional de otros cuerpos de agua estrictamente artificiales como son las balsas de riego y las depuradoras de lagunaje. Estos dos últimos, aunque se ajustan a la definición de anomalía hídrica en el paisaje, son en realidad el subproducto de determinadas actividades humanas y no se han contabilizado en número y superficie, por esta razón no aparecen recogidos en el inventario.
Utilidad y futuro del Inventario Regional de Humedales
El Inventario Regional de Humedales pretende ser un documento abierto y dinámico que permita su actualización de manera continua y, sobre todo, su utilización en distintos ámbitos, investigación, gestión ambiental y educación. Con esta finalidad se están llevando a cabo varias acciones que pretenden ir mejorando la información disponible, por ejemplo, procediendo a la georreferenciación completa de los humedales inventariados, incluyendo los embalses, y elaborando una base de datos versátil que permita el almacenamiento de todo tipo de información sobre humedales de la Región de Murcia. Además posibilitará la transferencia de los datos a otras bases como son la de la iniciativa europea MedWet y a la del propio Inventario Nacional de Zonas Húmedas.
Otro aspecto interesante sobre el que se trabaja es en la realización de unas primeras experiencias sobre la ¿interpretación y evolución histórica de humedales tipo y sus zonas funcionales vinculadas a partir de imágenes y cartografía de diferentes épocas, información de gran valor y utilidad que nos permite conocer las tendencias y modificaciones funcionales o estructurales que se están produciendo en nuestros humedales.
La existencia del Inventario Regional también está sirviendo de gran ayuda a la hora de analizar la incidencia de los diferentes planes y proyectos sobre los humedales a través del Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental donde se incorporan medidas preventivas o correctoras que eviten que se produzcan alteraciones negativas o irreversibles sobre las zonas húmedas. Dentro de este procedimiento destaca especialmente la oportunidad que se brinda en las modificaciones y revisiones del planteamiento urbanístico municipal para dar a conocer a los ayuntamientos los humedales existentes en su término municipal. De esta forma se hace notar la necesidad de su conservación, sobre todo para aquellos que no forman parte de algún espacio protegido y que, sin embargo, tienen un importante valor ambiental y paisajístico.