Pinares
Al igual que en buena parte de la Región de Murcia, el pino carrasco (Pinus halepensis) es la especie preponderante dentro del sustrato arbóreo. Dependiendo de las zonas y la densidad de los pies o troncos de pinos se distinguen varios sectores:
-Bosque denso en la zona de umbría de la Sierra de la Palera.
-Pinar de densidad media en la umbría del Almorchón, donde se encuentran los pies más viejos. En las zonas donde el pinar es un poco más denso se forman masas de Brachypodium retusum (lastón) y Thymus membranaceus (tomillo). En la cumbre del Alto del Almorchón destaca además la presencia de carrasca Quercus rotundifolia.
-Pinar abierto o manchas de pinar en las laderas del Cañón de los Almadenes, aunque en sus paredes rocosas pueden aparecer algunos ejemplares dispersos.
-También son característicos los pinares que se encuentran ubicados en zonas donde el sustrato del suelo está formado por roca caliza, ya que poseen una altura máxima de 7 metros y su edad no llega a sobrepasar los 50 años, siendo el pino carrasco una variedad que puede vivir cerca de los 150 años.
Matorrales
Los suelos calizos facilitan el crecimiento de un matorral homogéneo, aunque la especie más destacada en la zona del Cañón de los Almadenes y su entorno es el esparto (Stipa tenacísima), muy extendida y abundante en las zonas de solana.
Esta planta es mítica en Cieza por varios factores, tales como ser utilizada desde el período Neolítico, poseer un museo en la ciudad ribereña del Segura, tratarse de un elemento muy importante dentro del paisaje y por los beneficios industriales que generó en tiempos pretéritos a la población ciezana. El esparto se adapta muy bien a los suelos calizos poco profundos, al contrario que otras especies típicas del bosque mediterráneo, puede darse en zonas con costeras calizas, ya que sus raíces fasciculadas y la cobertura aérea son una garantía a la hora de proteger el suelo de la erosión. En los suelos donde predominan las margas, el esparto se ve desplazado por el albardín, Lygeum spartum, y en las zonas de umbría, en el pie de monte, es sustituido por el romero, Rosmarinus officinalis.
En las zonas margosas del sur y este del Alto del Almorchón y entre la Palera y el Almorchón aparece el esparto en una menor densidad, debido a la riqueza en arcilla de los suelos y su capacidad de retención de aguas. En este tipo de suelos es común la esparceta (Onobrychis stenorrhiza) y el albardín (Lygeum spartum).
La importancia de las paredes rocosas
No sólo los suelos calizos influyen en el tipo de matorral que se desarrolla en la zona, también se dan factores como la orientación, la pendiente o la potencia del sustrato edáfico. Tanto en el mismo cañón como en el karst de Los Losares aparecen paredes y laderas rocosas de una inclinación variable o áreas calizas caracterizadas por la falta del suelo necesario para las formaciones vegetales o de malas condiciones para su asentamiento. En estos casos los matorrales y pastizales se encuentran en las fisuras y rellanos frecuentes en este tipo de superficies y alcanzan mayor o menor desarrollo según la naturaleza del lugar en el que se ubiquen. Es en estas zonas donde son frecuentes las bolsas de terra rossa descarbonatada y en las fisuras de mayor tamaño con unas bolsas más grandes se instalan sabinas (Juniperus phoenicea), lentiscos (Pistacia lentiscus), espinos negros (Rhamnus lycoides) y acebuches (Olea europaea).
Donde las paredes simplemente presentan pequeñas fisuras verticales existe un verdadero mosaico de colores y formas, con matorrales de escaso desarrollo relacionados con su ubicación. Tan sólo aquellas que se adaptan bien a las ranuras ínfimas destacan sobre las demás. Ejemplos de éstas son la zamarrilla (Teucrium buxifolium), té de roca (Chiliandenus saxatilis), ajedrea (Satureja obovata), árnica (Hypericum ericoides), sabina (Juniperus phoenicea) o conejillos de roca (Chaenorrhinum origanifolium subsp. crassifolium). Además de los matorrales, las paredes del cañón también presentan un buen número de arbustos singulares, algunos de ellos protegidos por la ley, como el aladierno (Rhamnus alaternus), bayón (Osyris alba) y acebuche (Olea europaea).
Las laderas de pendiente moderada a alta también ofrecen fisuras similares ocupadas por matorrales de ajedreas (Satureja obovata), árnica real (Hypericum ericoides) y romeros (Rosmarinus officinalis). Un ejemplo de esta unidad son Los Losares y su cobertura vegetal. Se trata de una zona de vegetación baja en la que predomina el estrato arbustivo y herbáceo, esparto (Stipa tenacissima), sabina (Juniperus phoenicea) y acebuche (Olea europaea). En cuanto al estrato arbóreo destacan pies dispersos de pino carrasco. En laderas de umbría aparece Helictotrichon filifolium, enebro (Juniperus oxycedrus) y coscoja (Quercus coccifera).
El ecosistema y la vegetación característica son de gran importancia y por ello están considerados prioritarios en su conservación por la directiva europea Hábitat 2000. Se trata de plantas con escasa cobertura y con abundantes especies adaptadas a suelos salinos como la quebrantapiedras (Herniciana fruticosa), quebraollas (Ononis tridentata), olivilla (Teucrium carolipaui subsp. carolipaui), albaida (Anthyllis cytisoides), lentisco (Pistacia lentiscus) o canaillo (Ephedra fragilis ).