Las excavaciones que se han realizado en el poblado ibérico de Los Nietos permitieron la definición de los límites de la necrópolis asociada al hábitat y la exhumación de más de 200 tumbas de incineración, lo que la convierte en una de las más importantes en cuanto a tumbas excavadas de la Región de Murcia. La necrópolis se caracteriza por la dispersión de las sepulturas, muy alejadas unas de otras en comparación con otras necrópolis de la Región de Murcia, como El Cigarralejo (Mula) o la Necrópolis del Poblado y de la Senda de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla), donde la concentración de tumbas es mucho mayor, llegándose a documentar en ocasiones hasta más de 8 superposiciones de enterramientos. Al contrario de lo que sucede en los poblados citados, construidos en laderas o cimas de cerros donde el espacio es más limitado, en Los Nietos no parece haber ese problema, ya que disponían de una enorme superficie de terreno para levantar su necrópolis.
Como en otras necrópolis, no hay uniformidad en los tipos de enterramiento, si exceptuamos que son incineraciones. Hay tumbas con empedrados tubulares, otras tumbas con un túmulo de piedras delimitadas con losas de adobe rojo, fosas simples sin ningún tipo de cubierta (únicamente barro endurecido) o fosas con urnas cinerarias.
El fondo del nicho, en general, se adapta a la roca base. La orientación de las sepulturas es de Sur a Norte en la mayoría, con pequeñas variaciones de Suroeste a Noroeste. Los ajuares son pobres en general. Tan sólo algunas tumbas poseen un ajuar funerario completo con cerámicas ibéricas y áticas, objetos de bronce y armas de hierro