En los primeros años del siglo XIX Cieza cuenta con más de cinco mil habitantes. La Guerra de la Independencia tendrá consecuencias nefastas para la ciudad, ya que las tropas francesas la saquearon durante tres días, desencadenando una importante crisis económica. Esta depresión irá menguando hacia la década de los 30', gracias a la introducción de las norias, que permitieron la ampliación de las tierras de regadío en un 15%, incentivando  la recuperación de la economía. A finales de siglo ya existían en el territorio ciezano más de una veintena de estos innovadores artilugios para elevar agua.

   La llegada de los liberales al poder permitirá la liberalización económica, así como la liquidación de la Encomienda y el final del poder de la Orden de Santiago sobre la villa. En el plano económico, hacia la década de los 60', Cieza comienza a desarrollar su industria del esparto. Mientras que en el terreno agrícola, la propiedad de la tierra continúa concentrada en manos de la oligarquía local. Tras años de alternancia en el poder entre liberales y conservadores, en 1873 los republicanos toman el Ayuntamiento de la ciudad y proclaman el cantón de Cieza.

   Entre los años 1876 y 1923, el poder político se encuentra en manos del Partido Conservador, cuyos fuertes impuestos desencadenarán revueltas, que serán sofocadas por el ejército tomando la ciudad en 1903. Los trabajadores, influenciados por las ideas socialistas, crean las primeras sociedades obreras, facilitando la entrada al Ayuntamiento de los concejales socialistas en 1920.

   Finalizada la dictadura de Primo de Rivera se proclama la II República mediante elecciones municipales en 1931. Para entonces Cieza contaba con 17.889 habitantes, dedicados en su mayor parte al sector primario. El nuevo régimen genera un cambio cualitativo en la coyuntura social ciezana. Las antiguas y poderosas familias del término, ligadas al auge del esparto, fueron sustituidas por líderes locales burgueses, de corte ilustrado y desvinculados del poder económico. Un ejemplo de familia burguesa ilustrada fueron los Templado. Durante el período republicano las industrias derivadas del esparto asisten a una crisis provocada por la competencia de fibras exóticas. Ésta desencadenará huelgas y tentativas insurreccionales de un sector anarquista del movimiento obrero, insatisfecho ante el incumplimiento de sus expectativas por parte de la II República.

   La Guerra Civil trascurre de forma similar al resto del país. Finalizada la contienda, la política municipal de Cieza fue reorganizada, bajo el mando de la dictadura del general Francisco Franco. La reconstrucción de España y la necesidad de material fabricado en esparto potenció un nuevo auge en la industria espartera ciezana. Pero en la década de los 60' la aparición de las fibras sintéticas hace que Cieza vuelva a sufrir una nueva crisis, que obligará a gran parte de la población a emigrar principalmente a Cataluña y Francia. En los últimos tiempos, superada la crisis energética generada en 1973, Cieza comienza su desarrollo industrial, junto con una importante agricultura, en la que predominan los melocotoneros.