Fuente [Casa de los D' Estoup Las Torres De Cotillas]
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Aunque hoy día esta vivienda no se puede apreciar con su configuración original, debemos tener en cuenta que siempre constó de dos partes, la que da a la carretera y la zona del huerto, hoy jardín. Este conjunto llegó a poseer almazara, actual patio de recreo, así como una segunda torre que le haría ganar el nombre de la inscripción que aún se conserva en la entrada y en la que se puede leer: “Las Torres”.

Esta construcción sigue el esquema de muchas otras casas solariegas de principios del siglo XX. De planta cuadrada, dividida en planta baja, primer piso y ático con buhardilla, las líneas al exterior de la calle de paso son sencillas y discretas. Es en la fachada que da al huerto donde podemos observar algunos detalles que entroncan el estilo de esta edificación con la corriente ecléctica que se seguía en las expresiones artísticas del momento.

A pesar de conservar sólo uno de los dos salientes o torres que poseía la casa y que ofrece cierto ritmo en la continuidad lineal de la planta, es precisamente en esta fachada donde se observan ciertos detalles ornamentales labrados en piedra oscura. Estos elementos decorativos coinciden con cada uno de los pisos del edificio, así la puerta de entrada está enmarcada con un friso y escudo de armas, el de la famlia D’Estoup. Sobre este mismo eje el segundo piso se decora al exterior con una ventana doble ajeminada con arcos apuntados de estilo neogótico, y la buhardilla se descubre a través de dos pequeños tondos trebolados de inspiración gótica. Y aunque estos detalles en piedra gris parezcan sencillos dentro de la fachada lisa y blanca, se trata de ornamentos muy cuidados en su labrado y de una factura de gran calidad. Bustos, leones y motivos vegetales se desarrollan finamente en columnillas y ménsulas.

La referencia decorativa del león labrado en piedra, además de en la fachada, se puede admirar también en una fuente situada en el jardín. Una columna sustenta el recipiente y un león acostado queda frente a él.

Aunque actualmente el interior del edificio es el común a cualquier escuela infantil, conserva la escalera interior que divide los espacios y pisos, así como algunas arcadas que dan idea de la nobleza original de la construcción. Sabemos que llegó a albergar elementos tan poco comunes en el momento en la mayoría de los hogares como dos cocinas francesas, muebles de gran calidad, de estilo Luis XV e Isabelino, lámparas suntuosas, una importante biblioteca e incluso un pequeño museo. Hasta se ha llegado a afirmar que algunas paredes se vieron decoradas con cuadros de Velázquez.