La aparición de la diputación canterera

  Será en el Censo de Godoy de 1797 cuando aparezca en un documento oficial el topónimo Canteras como diputación perteneciente al cabildo cartagenero. Antes, ni en el reparto de sal de 1715, ni en el Catastro de Ensenada de 1755, ni en el de Floridablanca en 1787 se plasmó la existencia de esta entidad, tal y como se conoce hoy día. El territorio pertenecería hasta ese momento a la diputación de San Antón.

  Habrá que esperar hasta el siglo XIX para que se reconozca de forma oficial la existencia de la diputación de Canteras. Fue el 20 de diciembre del año  1810 cuando este término pasó a formar parte, junto a otros cuatro pueblos, de las diputaciones cartageneras, siendo entonces 21 entidades las que la conformaban.

  Años después comenzará a vislumbrarse la entidad poblacional del pueblo de Canteras que, aunque integrado por pequeños caseríos diseminados, tenía la particularidad que en todos existía un núcleo de población que iba configurándose sólidamente. Las estadísticas del año 1845 reflejan la presencia de 122 vecinos en el término canterero.

  El afianzamiento del pueblo

  Las tierras del entorno eran consideradas de segunda calidad, pero la zona poseía viñas y arbolado, en el que se incluían algunos olivos, además de beneficiarse del agua, que procedía tanto de la rambla como de una noria, permitiendo así el riego. Estas condiciones del pueblo canterero no podían predecir un desarrollo extraordinario, pero sí lo suficiente como para que se fuese configurando un emplazamiento sólido y próspero. La diputación de Canteras siempre ha estado notablemente influenciada  por su gran proximidad a la ciudad de Cartagena, realidad que, unida a la benignidad de su clima, hizo que algunas familias de la alta aristocracia asentaran sus residencias en estas tierras, surgiendo grandes fincas, como por ejemplo la de Justo Aznar.

  También fue un acontecimiento relevante en la trayectoria histórica de los cantereros la instalación en esta zona de un gran depósito de agua en el año 1904, construido por la compañía inglesa Los Cartageneros como medida para el transporte de aguas a Cartagena desde los distintos manantiales del entorno. El depósito de Canteras tenía un tamaño de 62 X 15 X 9 metros, cubierto por bóvedas de cemento armado de 10 centímetros de espesor. La relevancia de esta edificación residía principalmente en su enorme capacidad, que le llevaba a almacenar hasta 9.000 litros de agua.

  Esta construcción dotó a la localidad y a su entorno de una notable influencia en el panorama económico de la región, quedando en 1923 dividida en cuatro barrios, que se incluían como parte de las diputaciones cartageneras, contando además con diversos caseríos y espacios como Camino de Galifa, Casas del Patojo, Casas de Roldán, Las Marraneras, Los Pozos, El Palmero, Tentegorra y Los Garcías. Diez años más tarde esos parajes se incrementan, registrándose en el año 1930 una cifra, que ascendía ya a 2.534 habitantes. Estos datos se vieron ampliados a medida que pasó el siglo, hasta superarse en la actualidad los 9.000 vecinos en la diputación. La extensión del término ha incrementado la cercanía con la capital municipal, desviando la mayor parte de su actividad a este centro, hasta el punto de ser considerada hoy día casi como una barriada cartagenera.