Castillo de Xiquena (Lorca) [Castillo de Xiquena]
Castillo de Xiquena (Lorca)


  El adelantado, Yánez Fajardo, quedó a cargo de las fortalezas de Xiquena y Tirieza hasta 1459, cuando fueron compradas por el marqués de Villena. La zona en esos momentos conservaba una pequeña guarnición militar y se estaba llevando a cabo una repoblación cristiana para la defensa del territorio en caso de necesidad. El territorio pasó a manos de los Pacheco. Este marqués lo mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XV, a pesar de que la densidad demográfica esperada nunca se consiguió, quedándose la zona poco a poco despoblada.

  El mantenimiento de la población se debió, en gran medida, a la llegada de delincuentes, que se acogían al denominado privilegio de homicianos o redención de penas a homicidas del que gozaba Xiquena. Para que se produjese dicha redención era necesario que estas personas se instalasen en la zona durante, al menos, un año. También se tiene constancia arqueológica de la existencia de un grupo de casas mudéjares, restos observables en las faldas del Castillo de Xiquena.

  En 1488, el Concejo de Lorca reclamó a don Diego López Pacheco estos territorios, de los que pretendía obtener pastizales y el acceso a las fuentes de agua, comenzando así un pleito. Finalmente se llegaría al acuerdo de que Xiquena y Tirieza pasasen a Lorca a cambio de Overa, intercambio que se haría efectivo en 1520.