La Historia de esta zona va unida a los nacimientos de agua, que podemos encontrar en ella. La fertilidad del valle y el refugio que ofrecían las covachas y laderas de las montañas propiciaron el asentamiento de pobladores primitivos, desarrollándose la denominada Cultura de El Algar.

  La frontera con el reino de Granada convertiría este territorio en un lugar estratégico para el control del reino nazarí. Los musulmanes instalados en la zona y dedicados al cultivo de las tierras se agruparon en alquerías para cuya defensa se construyó el Castillo de Tirieza. Ya en el siglo XIII y con el objetivo de controlar las incursiones cristianas se levantó el Castillo de Xiquena, del que aún se alzan algunos restos que dan cuenta de su importancia pretérita. Tras la conquista cristiana, la zona se fue despoblando progresivamente, hasta que a finales del siglo XV, tras varias disputas, pasó a manos del Concejo de Lorca. A partir de este momento la población se agrupó en cortijos y caseríos tal y como se encuentra en la actualidad.