Vista de Pinada [Culebrina]
Vista de Pinada

El Macizo de Culebrina es el relieve que domina la diputación, el embalse de Valdeinfiernos es uno de los parajes tradicionalmente más visitados y el río Luchena una de sus rutas de senderismo más populares.

El relieve de la sierra de Culebrina tiene en su flora clásicas formaciones arbóreas de pinares, chaparros y álamos. El bosque bajo es el clásico mediterráneo, abundando el romero, la coscoja, el tomillar y una especie propia de montañas altas, el muérdago.

Fauna

La fauna de Culebrina es variada y propia de zonas agrestes con especímenes muy valorados por los cazadores. Jabalís, gatos monteses y ejemplares de cabras hispánicas, además de águilas perdiceras, búhos reales y halcones peregrinos son ejemplos destacados de su fauna, a los que hay que añadir los buitres leonados que se pueden avistar en los cañones del río Luchena.

Dentro del amplio relieve de este macizo se encuentra la construcción del Embalse de Valdeinfiernos. La historia de este embalse comienza en 1550, cuando el Regadío de Lorca solicitó a los poderes públicos agua de los ríos de la cuenca del Guadalquivir, Castril y Guardal. Los primeros proyectos de esta gran obra hidráulica se hicieron en 1576, pero las obras no se iniciarían hasta el reinado de Carlos III.

Pero este proyecto tuvo que abortarse por problemas económicos lo que hizo que Carlos III se decidiera por ofrecer las presas de Puentes, sobre el río Guadalentín y Valdeinfierno, sobre el río culebrino de Luchena.

Se iniciaron las obras de este embalse en 1785, concluyéndose en 1806, aunque sin completarse del todo, lo que tuvo consecuencias en una de las primeras avenidas que sufrió la zona. Hasta 1874 no se pudo abrir el desagüe del fondo, por lo que las aguas crearon un cauce de erosión muy profundo.

Entre 1892 y 1897 se realizaron obras para reacondicionar el embalse para reducir las puntas de avenida que sufría y aumentar los recursos hidráulicos del territorio lorquino.