Esta pedanía de Aljucer, cercana a la de El Palmar, a pocos kilómetros de Murcia capital, puede deber su nombre a vocablo árabe Yecira, isla, o Yirs, puentecillo. En todo caso sabemos que fue repoblada después de la reconquista por castellanos y aragoneses.

Es en la calle Mayor de Aljucer, junto a la acequia mayor de La Alquibla, donde se erige este singular templo parroquial de estilo barroco y restaurado en 1990.

Nos encontramos ante un edificio de fábrica de piedra y ladrillo. Una planta de cruz latina dividida en tres naves, siendo la central más ancha que las laterales. El crucero está coronado con una cúpula sobre pechinas y tambor.

Al exterior la imagen de esta iglesia nos muestra las trazas típicas del barroco  del siglo XVIII que se desarrolló en nuestra región.

La fachada es de líneas y ornamentación sencilla destacando las curvas y rectas que la configuran, un desarrollo típico del último barroco.

Posee un pequeño atrio con baranda en la entrada. La puerta adintelada esta decorada con un pseudo frontón triangular partido y tres vanos adintelados por encima. Tras esta fachada de portada podemos apreciar la torre campanario, coronada con un tejado a cuatro aguas que sigue las líneas curvas de la cúpula del templo. Se distinguen en todas estas fachadas la piedra y el ladrillo de construcción.

Interior del Edificio

En el interior de este edificio se repiten las características de la estética barroca de Murcia. Abundan las decoraciones geométricas y lazos en pintura de color azul. Las pechinas de la cúpula están decoradas con la representación de los cuatro evangelistas.

Actualmente podemos apreciar en el Altar Mayor del templo las partes conservadas del antiguo retablo de Las Clarisas de Santa Verónica, estructura del siglo XVII rehabilitada en los años cuarenta del XX. Se trata de una obra en madera y plata corlada con columnas y pilastras de orden compuesto así como ánforas y entablamentos muy ornamentados.

En este retablo se encuentra la imagen de la titular. La talla original de vestir de la Virgen de los Dolores era obra de Roque López, destacado discípulo de Salzillo, y fechada en 1783. Tras la desaparición de esta imagen se encargo en 1952 al escultor González Moreno una réplica similar. Teniendo en cuenta la labor de restauración que este escultor realizó sobre muchas piezas del barroco murciano, y en concreto de obras de Salzillo, no es de extrañar la perfección y similitud de esta pieza con el clásico diseño de la Dolorosa salzillesca que se conserva en la Iglesia de San Miguel de Murcia.