Marco histórico
El reinado liberal de Isabel II (1843–1868)
En 1843 Isabel II cumple la mayoría de edad y, un año después, es entronizada. Comenzaría entonces el período de gobierno liberal, presidido por el moderado Narváez, que se prolongaría hasta 1868, con la excepción de la etapa comprendida entre 1854 y 1856, en la que gobiernan los progresistas.
A partir de 1856 el liberalismo moderado se va desmoronando hasta su desaparición en 1868, fecha en la que tiene lugar el pronunciamiento de Cádiz y el derrocamiento de Isabel II, que se ve obligada a exiliarse a Francia.
Durante este reinado, Murcia alcanzó un pronunciado desarrollo económico, auspiciado por el avance de la agricultura, la minería, y la llegada del ferrocarril Cartagena – Madrid en 1862.
En el mundo de la cultura destacan la sucesión de estilos arquitectónicos que experimenta Murcia durante el siglo XIX, pasando del Neoclasicismo (Ayuntamiento de Murcia o el Hotel Victoria) o el Eclecticismo (Teatro Romea o Casino) en Murcia, al Modernismo en Cartagena y La Unión (Ayuntamiento o Gran Hotel en la primera, Mercado o Casa del Piñón en la segunda).
Estas corrientes se encontraban tanbién enlazadas a la pintura del momento, uniéndose a los presupuestos realistas. Mientras, desde el punto de vista escultórico, será la obra de Salzillo la que más influya en los autores del XIX, aunque pronto aparecieron escultores que rompieron con esta tradición.
En el campo literario se producirá en este siglo una disputa entre un Neoclasicismo que intenta permanecer y un Romanticismo que se impondrá finalmente, destacando la fuerte presencia de autores costumbristas.
Los cambios de régimen político de finales del siglo XIX
En esta época el movimiento independentista cubano inicia una guerra que se prolongará hasta 1878. Mientras, en España, el Gobierno provisional del General Serrano instaura una monarquía constitucional en la figura de Amadeo de Saboya, que abdicó en 1873, proclamándose la I República.
El nuevo régimen deberá hacer frente a las tensiones con los republicanos (partidarios de acelerar la implantación de una república federal), a un nuevo conflicto con los carlistas y a la aparición de la revuelta cantonal.
Esta última tuvo una especial incidencia en la Región, debido a la proclamación del Cantón en Cartagena el 12 de julio de 1873, actitud seguida por Murcia tres días después. La ciudad portuaria se convirtió en capital del cantonalismo español, que se extendía por zonas de Levante y Andalucía, albergando la sede del Gobierno Cantonal y erigiéndose como plaza fuerte del levantamiento.
La Restauración Borbónica y la Dictadura de Primo de Rivera (1875 – 1931)
En 1875 Cánovas del Castillo, al frente de los alfonsinos, logra la Restauración Borbónica, personificada en la figura de Alfonso XII, estableciéndose una Monarquía Parlamentaria caracterizada por el turno pacífico de los dos partidos dinásticos: Liberal y Conservador.
Pero será el 15 de octubre 1879 cuando se produzca uno de los mayores desastres acaecidos en la Región de Murcia durante toda su Historia: la Riada de Santa Teresa, que anegó toda la zona del Valle del Guadalentín, la Huerta de Murcia y la Vega Baja. Los 1800 m3/seg. de caudal en el Río Segura produjeron una auténtica catástrofe, generando un gran movimiento de solidaridad con las víctimas en toda Europa.
La muerte de Alfonso XII en 1885 dio paso a la regencia de María Cristina, que se mantendrá en el trono hasta 1902, cuando Alfonso XIII alcance la mayoría de edad. Durante esta regencia se deberá hacer frente a uno de los episodios más desastrosos de la historia de nuestro país: la guerra con Estados Unidos y la consiguiente pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898, dejando al descubierto el atraso político, económico y social de España.
Esta derrota española supuso el hundimiento moral del país, pero a la vez, impulso el denominado “Regeneracionismo” en el mundo de la cultura y la ciencia. Surgió así una corriente literaria: la Generación del 98, que denunciaría el atraso en el que se encuentra el país y propondrá soluciones para la reconstrucción de España. Mientras, en el mundo de la ciencia se producirá la denominada “edad de plata”, surgiendo grandes nombres en todos los campos.
En el terreno de las artes plásticas, la Región de Murcia se encontraba en una etapa costumbrista. Una población anclada en el pasado, en la huerta y en el campo hacía que sus artistas reflejaran estos paisajes y esta vida cotidiana de Murcia.
En 1902 sube al trono español Alfonso XIII, cuyo reinado estará colmado de problemas, como los regionalismos, las reivindicaciones obreras, el desastre de Marruecos o el anticlericalismo. Incluso las tensiones derivadas de la situación europea por la I Guerra Mundial, dividieron a España entre aliadófilos (liberales e izquierda antidinástica) y germanófilos (derecha tradicionalista).
Estos problemas, unidos al descontento social, llevan a Alfonso XIII a dar el beneplácito al golpe del General Primo de Rivera, en 1923.
En 1927 un grupo de poetas se reunía en el Ateneo de Sevilla para rendir homenaje a Góngora, lo que suponía el bautismo de la Generación del 27. Este grupo de escritores fue muy respetuoso con la tradición literaria española, a la vez que estuvieron muy influenciados por las vanguardias europeas. Aunque en Murcia siguió predominando la literatura costumbrista.
Mientras, la generación murciana de pintores de los años 20 se encuentra a caballo entre la pintura academicista y las nuevas tendencias provenientes de Europa (cubismo, fauvismo, expresionismo) para avanzar en su estructura compositiva, en los contrastes de color y en la geometría de las figuras. Y en la escultura, Murcia vive un proceso de renovación, con autores modernistas tan destacados como José Planes, que cambian las obras religiosas por otras civiles.