Mejillones en la lonja [Mejillón]
Mejillones en la lonja
Mejillones cocidos [Mejillón]
Mejillones cocidos

    Los mejillones existían ya hace 100 millones de años en las aguas costeras de la actual Región de Murcia, como queda demostrado en los fósiles localizados en el Parque Regional de El Valle y Carrascoy y en otras sierras de la Región.

    Del consumo de este molusco, al igual que de almejas y berberechos, queda constancia en La Cueva de los Aviones, con restos del Paleolítico, así como en otras dos oquedades con el nombre de este bivalvo. En la primera, conocida como Cueva de los Mejillones de Los Belones (Cartagena), han aparecido fragmentos de arpones fabricados con huesos de ciervo y dardos datados en el 4500 a.C., destinados a labores de pesca y marisqueo.

    En el interior de la segunda, identificada como Cueva de Los Mejillones del Cabezo del Horno (Dolores de Pacheco, Los Alcázares), localizada una altura de 180 m.s.n.m. desde donde se divisa la laguna salada del Mar Menor y el Mar Mediterráneo, se han estudiado diversas etapas de ocupación, recurriendo todas ellas a moluscos como alimento y decoración, abundando principalmente mejillones.

    En Galicia serían los celtas quienes, durante el siglo VIII a.C. esperarían la bajamar para acudir a las rocas cercanas a la costa y surtirse con los mejillones que allí encontraban.

    La cultura romana generalizaría su consumo, además de ser la primera en cultivarlos mediante el sencillo método de recogerlos en su hábitat natural y transportarlos a criaderos artificiales para su reproducción y comercialización intensiva. Algunas de las recetas del gastrónomo del siglo I d.C. Apicio resaltan salsas compuestas por garum, puerro picado, cominos, vino de pasas, ajedrea y vino, todo ello mezclado con agua, donde se introducían los mejillones para la cocción.

    Más tarde, durante el reinado de Felipe II en España, su cocinero, el gallego Martínez Motiño, los introduciría en los menús de la Corte, traídos hasta Castilla en barriles desde el puerto portugués de Aveiro.

    Ya en el siglo XVIII se ha documentado que la carne de los mejillones capturados en las playas de Labrador y Terranova era utilizada como cebo para capturar piezas más cotizadas como los bacalaos.

    Actualmente el mejillón se puede obtener capturándolo en su hábitat natural, las rocas, o a través de cultivo controlado.

    Cultivo en España

    A mediados del siglo XIX se iniciaron en España, concretamente en Galicia, las primeras experiencias de cultivo de mejillones. Pero sería a primeros del XX cuando se generalizaría la forma de cultivo que se conoce en la actualidad.

    La mitilicultura o cría del mejillón se realiza en bateas y en llanos:

    Las bateas consisten en colocar plataformas de madera sobre el mar y descolgar de ellas cuerdas con la simiente del mejillón para que termine de formarse. En cada batea se ubican alrededor de 400 a 500 cuerdas que producirán una media de 45/50 Tm./año. Los ejemplares cultivados poseen un tamaño mediano, gran carnosidad y excelente sabor. Este sistema se utiliza tanto en Galicia como en el Mediterráneo.

    La cría en llano o de fondo se realiza en el Mar del Norte.

    Antes de comercializar los mejillones es necesario transportarlos a una depuradora, donde se eliminan sus impurezas y se analiza su salubridad, preprándolos para el consumo humano.

    La Unión Europea es el primer productor de mejillones a nivel mundial con 594.000 toneladas, de las que España aporta 249.000 aproximadamente.