Faisán macho en su entorno natural [Faisán -archivo]
Faisán macho en su entorno natural

    El faisán es originario de Asia, en concreto de Borneo, Sumatra, Himalaya, sur y oeste de China y montes de Formosa (Taiwán), llegando al Viejo Continente a través de los griegos aproximadamente en el siglo V a.C. Su nombre actual proviene de la palabra helénica paisanos, que deriva de Phasis, un río localizado en la Cólquida, región asiática ubicada en la ribera oeste del Mar Negro, desde donde probablemente habría entrado el faisán común a Europa.

    Esta raza carecía de anillo en el cuello, siendo los romanos quienes difundirían su caza y consumo por zonas de Italia, Francia, España o Inglaterra durante los siglos de la República y el Imperio.

    En la Edad Moderna (siglos XVI-XVIII) sería tratado como un alimento excepcional, exótico, digno de señores feudales y reyes en las cortes europeas.

    A finales del siglo XIX una variedad con collar se introdujo en Norteamérica procedente de tierras europeas y, desde allí, llegó a España donde se mezcló con la especie sin plumaje blanco en el cuello, creando subespecies diferentes.

    Propiedades nutritivas

    El faisán es un ave que aporta altos niveles de proteínas, con 133 calorías por cada 100 gramos de porción comestible, así como bajos índices de grasas y colesterol (aunque esta última característica puede verse modificada dependiendo de la técnica culinaria que se utilice para su elaboración). La mayor parte de la grasa se concentra en la piel (al igual que en el pato).

    Entre las vitaminas y minerales que contiene destacan las del grupo B en las primeras y el fósforo en los segundos.

   Producción

    Existen tres tipos diferentes de producción y comercialización de faisanes: para el consumo de su carne y huevos, como repobladores de cotos de caza (se considera a esta especie como la reina de las aves de caza por su rapidez en la fuga), así como para ornamentación de jardines, parques, zoológicos y hoteles.

    En Europa los faisanes para repoblaciones son una demanda constante, siendo Italia el importador más significativo con cerca de 1.000 toneladas anuales. En el vértice del consumo de esta especie también están España, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, Alemania y Holanda.

    En los últimos años, al igual que ocurre con las codornices, ciertos países sudamericanos han encontrado en sus condiciones climáticas y ambientales las características ideales para la cría de faisanes. En este sentido Argentina es uno de los países más destacados, coincidiendo su época de mayor producción con la de escasez en el continente europeo, debido a su localización en el hemisferio sur.

    En España la producción de faisanes se encuentra regulada por un Real Decreto que engloba las especies objeto de caza y de pesca.

    En la Región de Murcia existe una granja de cría de faisanes ubicada en el municipio de Totana, en el valle del Guadalentín.