Nombres propios

Merecen un lugar destacado aquellas personas que hicieron posible la construcción de la ermita y las que se encargaron de su mantenimiento. Entre ellas cabe destacar a D. Alfonso Fernández Guerao, regidor de la villa de Aledo y Totana en el año 1704, que construye la ermita de Santa Leocadia.

También recordamos a una mujer que se encargó del mantenimiento de la ermita, allá por los años finales del siglo XIX, nos referimos a Doña Ginesa María Fernández. En la participación de bienes relictos al óbito de Don Juan Matia Fernández Canovas, ocurrido el 27 de enero de 1890, se adjudicó a su hija y heredera Doña Ginesa María Fernández de Castilla, una finca donde estaba ubicada la ermita de Santa Leocadia. Dicha finca estaba desde tiempo inmemorial destinada a cubrir las dos terceras partes del gasto que ocasionara el sostenimiento de la ermita de Santa Leocadia.

Tampoco podíamos olvidarnos de la propia Santa Leocadia, virgen y mártir, que murió el 9 de Diciembre, probablemente del 304, durante la persecución de Diocleciano. La última gran persecución le dio a la Iglesia en España una sucesión de mártires, los cuales sufrieron la muerte por la Fe Cristiana, desde el año 303 al 305. En los martirologios históricos del siglo nueve, Santa Leocadia de Toledo era honrada entre estos mártires el 9 de Diciembre. En tiempos muy tempranos existía una iglesia dedicada a ella en Toledo. En la primera mitad del siglo siete esta iglesia fue mencionada como el punto de reunión del Cuarto Sínodo de Toledo celebrado en el 633, así como del Quinto en el 636, y el Sexto en el 638. Por lo tanto, mucho antes de esta fecha, Leocadia debía haber sido honrada públicamente como mártir. La basílica en cuestión fue erigida sobre su tumba. Las Actas recopiladas más recientemente relatan que Leocadia se llenó de un ferviente deseo por el martirio, a través de la historia del martirio de Santa Eulalia. Por orden del gobernador Deciano fue apresada y torturada cruelmente con el fin de hacerla apostatar, pero ella se mantuvo firme y fue enviada de vuelta a la prisión, donde murió a causa de las heridas recibidas durante la tortura.