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Francisco Ródenas Rosa

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Monumento a Salzillo de Francisco Ródenas [Personajes]
Monumento a Salzillo de Francisco Ródenas

En un ambiente familiar relacionado con la construcción es lógico que el mayor de los hijos estudiara arquitectura. Francisco vino al mundo el 13 de enero de 1865 a las 8 de la noche en la calle San Antonio. Después de la escuela primaria, estudió en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia. Durante los cursos 1874-75 y 1975-76 estudió aritmética y geometría aplicados al dibujo; los dos cursos siguientes se matriculó en clases de Dibujo Natural,  en 1878-89 recibió clases de Figuras y el último curso, cerrando un ciclo de seis años, lo dedicó de nuevo a Dibujo Natural. A partir de 1882 marchó a Madrid para cursar estudios superiores que terminó 1888.A pesar de sus magníficos diseños, los que le hicieron pasar a la posteridad los realizó en su etapa de estudiante en 1887.  Se trata del Panteón de Atenas, en el que se basará la tumba de los Guirao-Almansa y la fuente monumental, en homenaje a Salzillo, y poco después la casa consistorial de Mazarrón, entre otras obras.

El Panteón fue presentado en principio a la Exposición de Pintura de Murcia en septiembre de 1887, obteniendo el tercer premio.Convertido en tumba, acaba siendo realizado, con cambios, por el arquitecto Pedro Cerdán, ubicándose en el cementerio de Nuestro Padre Jesús de Murcia. Se trata, del panteón más monumental del cementerio y uno de los edificios paradigmáticos de la arquitectura murciana durante el siglo XIX .Aunque no ostenta una gran altura ni dimensiones muy importantes, llama la atención la riqueza y variedad de los materiales empleados, la originalidad de la ornamentación, lo acertado de su composición, equilibrio y proporciones.

El monumento a Salzillo, diseñado en 1887, fue concebido por los miembros de la tertulia de la farmacia de Manuel López Gómez de Santa Eulalia que tras negociar con el contratista de aguas Hernández Crespo, presentaron el proyecto al Ayuntamiento. El consistorio lo aceptó teniendo en cuenta que los promotores serían quienes correrían con la totalidad de los gastos. Pero el proyecto era tan ambicioso que en marzo de 1890 hubo de ser reformado .Por otra parte, también había cambiado el arrendatario de aguas de Santa Catalina que ahora se llamaba Diego Canovas García .Para el nuevo proyecto se reclamaba incluso un concurso. Las obras se fueron retrasando dando lugar a que Francisco cayese enfermo y falleciera en 1892 antes de poder ver terminado el proyecto. La Real Sociedad Económica de Amigos del País contribuía ese año económicamente, a petición del arquitecto Pedro Cerdán para que continuasen las obras del monumento. A pesar de todo y como los gastos se habían disparado, el Ayuntamiento se encontró con la sorpresa de tener que pagar el monumento. Se opusieron algunos concejales; pese a todo se acaban abonando 3.848¿36 pesetas, corriendo por cuenta de los vecinos promotores, el trabajo del cantero, Francisco Celdrán,  y algunos materiales, por un montante total de 964¿8 pesetas. El busto fue realizado por Sánchez Araciel ,si bien en un principio la obra le había sido encargada a Ramiro Trigueros. La inauguración del monumento tuvo lugar el domingo 2 de abril de 1899. A ella acudía una comisión del ayuntamiento y la Comisión Provincial de Monumentos acompañados de dos bandas de música, tocando la marcha real, y el repetitivo repique de campanas de la iglesia.  Para la ocasión, se habían engalanado todos los edificios de la plaza, sorprendiendo a los vecinos los juegos de aguas de la fuente.

Aparte de estas dos importantes obras, se le atribuyen otras como el hotel-palacete que en 1892 ocupaba el Ateneo Mercantil, la restauración del Café del Sol ,y la construcción de una casa de pisos de alquiler que existía en la calle Marin Baldo, entre otras. De lo que restauró o construyó nada queda hoy en pie, sin embargo, perviven los proyectos y diseños que otros levantaron. Por ejemplo: la tumba Guirao-Almansa o el monumento a Salzillo. Otro tanto sucedió con el ayuntamiento de Mazarrón. El cálido verano de 1889 el alcalde de esa localidad,decidió a la vista del informe sobre el pésimo estado de la casa consistorial, emitido por Pedro Díaz, aprobar un presupuesto de 40.000- Pesetas con el que reedificar el edificio. Se contrató  a Francisco Ródenas Rosa quien después de realizar un magnífico proyecto, la falta de salud le obligó a dirigir a distancia y de manera aleatoria aquellas obras lo que ocasionó no pocas molestias y problemas a los contratistas que no cobraban por falta de certificaciones. Finalmente, el propio arquitecto municipal, Oliver Rolandi, hubo de terminar  la obra iniciada por Francisco Ródenas.

Habiendo enfermado del pecho, debido a un golpe recibido en un accidente sufrido mientras construía el ferrocarril, fue enviado por su padre a reponerse a Panticosa y a Canarias. Lamentablemente, el tratamiento no dio los frutos esperados porque al poco de regresar a Murcia fallecía el 1 de junio de 1892 con sólo 27 años de edad.La prensa se hizo eco del desgraciado acontecimiento rindiéndole un merecido homenaje: "...Murcia ha perdido en flor uno de los hijos que más le habían de honrar".