Piedras de la Molienda [Molino de Cebollo o Teodoro]
Piedras de la Molienda


El nombre del molino fue variando a lo largo del tiempo denominándose en primer lugar como molino de los Regidores Perpetuos en el año 1506, se llama más tarde Molino del Santo y luego de Marín (1559), de la Andelma (1609) y del Cebollar (1830), lo que más tarde dará origen al nombre popular de Molino de Cebolla. El nombre actual se debe a uno de sus últimos propietarios, Teodoro.

Es un molino harinero que se mueve por la fuerza del agua. Ésta le llega al molino desde la acequia Andelma, un importante vestigio de la dominación islámica de Cieza.

Desde la acequia, que pasa por la parte de atrás, algo más elevada, el agua se deriva a través de un portillo hacia el acueducto que va hacia el molino, el agua cae en el cubo donde se crea la fuerza de agua suficiente para mover el engranaje que se encontraba situado bajo el molino y que, a su vez, movía las piedras que en último caso eran en definitiva las que realizaban la molienda.

La estructura del molino es rectangular y se articula en dos pisos como suele darse en casi todos los molinos. Donde la parte superior se solía utilizar como vivienda mientras que la inferior servía para las dependencias propias del molino.

Se conservan dentro del molino toda la maquinaria original de madera, desde las elevadoras hasta las que servían para terminar de limpiar el trigo de impurezas.

Las turbinas no se encuentran en muy buen estado debido a la corrosión del hierro ya que se habían sufrido las inclemencias del clima al encontrarse en el exterior del molino.

La musealización del molino ofrece otras piezas relacionadas con el trigo y la harina, tales como el trillo, que servía para separar el grano de la paja, que después había que aventar, o la artesa, en la que amasaba el pan.