Construida en 1979, la Ermita de San Roque es una sencilla edificación de planta circular y cubierta abovedada, circundada por amplios ventanales. San Roque constituye una de las principales señas de identidad del municipio de Ceutí, desde que en 1648, después de librarse la villa de una epidemia de peste que diezmó la población, ésta decidiera hacer voto a perpetuidad con el santo para profesar, defender y guardar su festividad.

En ella se encuentra el Patrón de Ceutí, San Roque, que es trasladado cada siete de agosto -Fiesta de la Bajá- hasta la iglesia de Santa María Magdalena, también patrona del municipio. Allí se le venera durante las Fiestas Patronales hasta la onomástica del propio San Roque, el dieciséis de agosto, fecha en que retorna a su templo, en la carretera de Mula,  junto al complejo deportivo Miguel Indurain.

En agosto de 2004, tras una profunda remodelación exterior e interior, se bendijeron las nuevas imágenes que hoy comparten con San Roque el templo, realizadas por el escultor murciano Antonio Campillo, autor también del retablo frontal de la ermita.


Éste consta de una casa, o piso bajo, un primer piso y un ático. La casa y el primer piso están divididos en dos calles laterales y una central, parte esta última del primer piso en la que está emplazada la imagen de San Roque. Un total de 9 figuras se integran en el altar.

Todo el conjunto, de 6,40 metros de alto por 4,30 metros de ancho, en una talla monumental en madera de pino en la que se halla la figura de San Roque. Las bases y capiteles de las columnas, van forradas con panes de oro. La fila de cuatro columnas de la parte inferior son de tipo dórico, y las dos filas de los pisos superiores, de tipo jónico.

El retablo mantiene un aire tradicional, popular, con sabor a antiguo, lo que le atribuye una gran solemnidad exenta de superfluos aderezos.

Bellas columnas con sus capiteles y basas torneadas y revestidas con panes de oro sustentan intercaladas el retablo y entre sus vanos protegen el santoral que acompaña a San Roque. Las imágenes tienen en general la sencillez de las representaciones románicas, sin simbolismos recónditos, con agilidad y dinamismo modernistas.

Pocas de ellas tienen relación en su estilo con la tradicional imaginería religiosa neoclásica que vemos en la mayoría de nuestros templos y en modo alguno con la iconografía barroca. Las matronas de Campillo –la representación mariana con Jesús niño es su tema predilecto- son figuras que parecen extraídas del mundo contemporáneo, en actitud siempre sosegada y piadosa, sin teatralidad.

Las imágenes del retablo

En la parte central superior, o ático, se halla un medallón del Niño Jesús de Mula, Niño de Balate, un relieve de forma ovalada de 87 centímetros de altura por 64 centímetros de ancho que representa en composición romboidal la aparición del niño Jesús, junto con dos ángeles, a un pastor refugiado con uno de sus corderos en una cueva. La composición es precisa, con un encaje de elementos en el que las alas de los ángeles juegan un papel decisivo.Dos grandes pináculos flanquean el ático del retablo, con un San José y un San Pedro, a derecha e izquierda, respectivamente, y ambos de dimensiones de 76 centímetros de altura, por 20 de anchura y 23 centímetros de fondo. La figura de San José, de pie, sujeta al Niño Jesús, mientras que la de San Pedro muestra una pose docta en un gesto de recogimiento de la toga que viste.

Inmediatamente debajo del medallón se encuentra San Roque, que no en vano ha marcado las proporciones del retablo, sus huecos y las dimensiones de las propias columnas.

En el mismo cuerpo, a  la derecha del Patrón de Ceutí se ubica La Anunciación, que aparece sin ángel, pero cuya presencia queda denotada por la mirada de la Virgen, dirigida hacia esa apariencia. La imagen muestra una actitud de sorpresa, mientras lee un libro, con un velo en forma de cinta como tocado sobre la cabeza que envuelve el movimiento de sus brazos, ligeramente alzados, movidos por el sobresalto. Se trata de una figura dorada con pan de oro, sentada sobre una silla de hechura funcional, igualmente áurea. Sus dimensiones son: 76cm/30cm/34cm y descansa sobre un pedestal.

San Roque
San Roque
Cristo de La Cruz
Cristo de La Cruz
Niño Jesus
Niño Jesus
Retablo Iglesia de Ceutí
Retablo Iglesia de Ceutí

La Virgen de Gracia (83cm/25,5cm/28cm) ocupa la casa situada a la izquierda de San Roque y es una imagen sedente con un niño Jesús desnudo sobre sus rodillas. Ambas figuras están doradas y policromadas y presentan una pose, característica en Capillo, de recogimiento y mirada tímida hacia abajo.

En el cuerpo inferior del retablo, sobre una ménsula colgada en la pared, descansa la Virgen del Rosario, una figura cromada, policromada y estofada (pan de oro con un temple y rayado) que muestra una túnica azul turquesa y oro. La Virgen sujeta al Niño de forma más ostensible que otras de las figuras marianas de Campillo, al que apoya sobre su regazo, con una mano bajo una de las piernas de Jesús y otra sobre su rodilla, mientras éste junta sus puños en graciosa postura infantil. Sus medidas son 32cm/17cm/19cm.


San Pedro
San Pedro
Virgen del Amor Hermoso
Virgen del Amor Hermoso
Sagrada familia
Sagrada familia
Virgen de La Arrixaca
Virgen de La Arrixaca

San Juan niño se halla en el otro extremo de este cuerpo.  Se trata de una graciosa figura de 60 centímetro de altura por 20 de ancho y 15 centímetros de fondo, desnuda de pie sobre un pedestal. Sujetando una cruz, el escultor ha representado al más joven de los evangelistas, el más querido por María y el propio Jesús según diversas interpretaciones hagiográficas, atribuyéndole una actitud profética ya en sus primeros días. La figura está policromada.

Entre éste y la Virgen del Rosario, justo debajo de San Roque, se ubica el Sagrario, con un relieve en bronce introducido en la pared, visible solamente por la propia puerta, al que accede el sacerdote.

En la planta del templo

Ya fuera del retablo y, a continuación, hacia la puerta del templo, a la derecha,  un Nazareno, el Cristo de la Luz, lleva su cruz ligeramente vencido por su peso y el castigo, a pesar de lo cual mantiene una actitud orante, con una mirada que se pierde en el infinito.

Y en la parte izquierda una "Virgen del Amor Hermoso", vestida con un brocado. El Cristo porta una cruz sobre su hombro. Y es sin duda la figura más dramática del conjunto, aunque alejada de toda pose teatral. Es una figura vestida que marcha coronada con una sarta de espinas doradas sobre su cabeza, con expresión triste, serena y remarcadamente profunda.

Sobre la mitad de la planta de la ermita, a la derecha y sobre una ménsula prendida a la pared descansa  la Virgen de La Arrixaca, figura sedente dorada con pan de oro a cuyos pies hay dos querubines de alas doradas. Esta imagen tiene una interesante historia, pues fue la primera obra por encargo que le hicieron al escultor. La creó en Murcia, donde volvió después de sucesivos trasladados de Antonio Campillo a Madrid, y Córdoba. La figura, de pequeñas dimensiones (0,57 cm/0,23cm/0,16cm) representa una Virgen coronada y aureolada que sostiene sobre sus rodillas a un Jesús niño.

La imagen presenta características del estilo de un románico tardío y de comienzos del gótico, época de la que se le supone su origen en Murcia, con una hechura que recuerda a las de las imágenes que los reyes y caballeros cristianos llevaban sobre cabalgaduras en sus expediciones.

Virgen de la Anunciación
Virgen de la Anunciación
Virgen de Gracia
Virgen de Gracia
San Juan Niño
San Juan Niño
Virgen del Rosario
Virgen del Rosario

A la izquierda, la Sagrada Familia, compuesta por las tres imágenes de tamaño seminatural, María, José y Jesús, en barro cocido y policromado. Se trata de un conjunto con la factura característica del escultor, con unos rasgos fisonómicos figurativos, pero no exactamente realistas. No son tampoco rostros mundanos los de estas figuras, aunque sencillos. Lejos del preciosismo de la imaginería barroca, los atuendos de José y María son de gran sencillez, aunque pulcros y ordenados por el ritmo de la escena, íntima y sosegada.

En la misma entrada, a la izquierda se contempla la "Virgen del Pajarico", cuya copia en bronce se encuentra en el museo Antonio Campillo. El escultor  ha añadido a esta figura semisedente el gracioso detalle de un pequeño pájaro posado sobre la mano del Niño, sentado en el regazo de su Madre, en una bellísima estampa en la que entonan el azul celeste de la túnica de la Virgen sobre el rosado desnudo de Jesús. El conjunto tiene una altura de 155 centímetros y descansa sobre un pedestal de 0,75 centímetros.

Virgen del Pajarico
Virgen del Pajarico
Virgen de La Cinta
Virgen de La Cinta

Finalmente, entrando al templo a la derecha, se halla la Virgen de la Cinta, una curiosa figura dorada con pan de oro concebida originalmente para estar de puntillas, pero que en la ermita de San Roque permanece sobre un pedestal.  En este caso, Campillo representa a Jesús casi flotando por delante del regazo su Madre, sostenido  por una cinta áurea. Las dos figuras –la de María es prácticamente la de una niña- emanan una gran dulzura.