Cartagena

Los personajes que Abdelkader Benchamma dibuja se encuentran a medio camino entre la realidad y una ficción de la cual no podemos decidir si está inspirada en el dibujo académico, los comics, el cine o sencillamente la literatura. Los seres y los objetos representados se encuentran a menudo en una suspensión o a punto del desequilibrio. Los rostros apenas se perfilan y resulta imposible determinar el sentir de la expresión. Esta neutralidad fuerza al observador a buscar en otra parte los indicios de significación, bien en la puesta en escena, la actitud de los personajes o la composición del decorado. En este otro terreno, Abdelkader Benchamma impone una infinidad de detalles y de circunvalaciones. Un matorral se convierte en un universo. El rincón de una estancia en una zona inquietante. El suelo se revela como inestable y en movimiento. Los seres parecen perseverar e insistir en su preocupación del momento a pesar de la extrañeza que les rodea. De esta tensión entre los personajes desorientados y el resto nace una forma de poesía absurda cercana a la literatura de Beckett. La narración se torna imposible pero al mismo tiempo está presente. Más que de historias, los personajes y los objetos parecen conseguir vida a través de tomas de conciencia sucesivas.