La familia Maestre y La Manga

La Manga del Mar Menor pertenecía al Estado, pero la Ley de desamortización de Mendizábal de 1855 a 1856 la confiscó en Subasta Pública el 10 de enero de 1863. A partir de este momento pasó a manos de los antecesores de los actuales promotores y urbanizadores, que la compraron por el precio de 31.000 reales (7.750 pesetas).

Sin embargo, no permaneció mucho tiempo en manos de sus nuevos propietarios, puesto que la familia Maestre comienza a comprarla a finales del siglo XIX. En la década de los años 50 del siglo XX la zona norte de La Manga ya se encontraba en manos de Tomás Maestre Zapata, patriarca de la familia en esos momentos.

Mientras tanto, en la zona cartagenera se extendía la finca denominada "la encañizada de Marchamalo", que había sido cedida a José Huertas en 1868 para el establecimiento de una pesquería. Años más tarde pasaría a manos del empresario minero Francisco Celdrán.

Tomás Maestre Aznar: el gran promotor de La Manga

En 1956 uno de los sobrinos de Tomás Maestre Zapata, Tomás Maestre Aznar, convenció a su tío para que le vendiera el conjunto de sus derechos sobre La Manga Norte, con el objeto de materializar el proyecto que tenía en mente.

Para la ejecución completa de su propósito, este abogado afincado en Madrid, necesitaba comprar también la zona sur, con el fin de organizar un plan general que pretendía construir los dos extremos de La Manga, dejando una finca relativamente extensa virgen en el centro, en la que se conservase intacta la esencia natural del paisaje mangueño.

Tras años de litigios con algunos de sus familiares y arduas negociaciones con Celdrán, Maestre Aznar se hace con el conjunto de La Manga del Mar Menor y comienza a convertirla en ciudad de vacaciones y destino turístico internacional.

Una vez adquiridos estos terrenos, inicia en 1961 un proyecto urbanístico que deja en las sabias manos del arquitecto Antonio Bonet Castellano.

Maestre Aznar contó con el apoyo de los Ayuntamientos de San Javier y Cartagena, de los que dependía La Manga, pero el espaldarazo definitivo para el éxito y desarrollo de su proyecto llegó con la visita a la restinga del entonces Ministro de Turismo Manuel Fraga Iribarne, que en 1962 conoció estas playas y permitió su entrada en el ámbito de la Ley de Centros de Interés Turístico.

De este modo, el 23 de julio de 1966 y el 16 de diciembre de 1968 la Comisión provincial de Urbanismo de Murcia acordó la aprobación de los planes de ordenación urbana de los centros de Interés Turístico "Hacienda de La Manga de Cartagena" y "Hacienda de La Manga de San Javier" respectivamente.

Las primeras infraestructuras de La Manga

Las primeras obras urbanísticas e infraestructuras realizadas se llevaron a cabo en dos fases:

  • Fase 1 (1963-1964): Comienzan las obras de la Gran Vía, viales adyacentes de los Cubanitos o Bungalows Tipo III, Estudios Pantalla, Urbanización Marysol, Torre Júpiter, Bungalows Tipo I y II, Urbanización Quinta Avenida y Conjunto Miramar y la Urbanización Conjunto Exagonal, conocida como Torre Negra, que supuso un hito en la Región de Murcia ya que ofrecía un nuevo sistema de vida, a través de la segunda residencia para disfrutar de unas excelentes vacaciones.

  • Fase 2 (1964-1965): Se finalizaron los Bungalows Tipo I y II, los Estudios Pantalla y se comenzaron las obras de los Bungalows Tipo III, del Hotel Entremares y del Centro Comercial Entremares.

A partir de este momento el paisaje de La Manga del Mar Menor fue adquiriendo a pasos agigantados su aspecto actual, con numerosas urbanizaciones al borde mismo del mar, bungalows, centros comerciales, zonas de restaurantes y grandes "Rascacielos" como la "Torre Júpiter" y la "Torre Varadero".

En esta época ya cuenta con gran número de servicios con los que satisfacer la demanda de los empleados de los numerosos hoteles, los de la construcción y la incipiente colonia de habitantes venidos de las inmediaciones, así como de otros puntos de la geografía española, con la intención de fijar aquí su residencia habitual.

La llegada de un turismo de alto nivel

La Manga comenzó a tener proyección turística más allá de las fronteras nacionales y consiguió atraer a un turismo de calidad concentrado en los meses estivales.

Rafael San Román hace referencia al especial atractivo turístico de La Manga en su libro 'La Manga: breve historia': '...Uno se imagina como si La Manga fuera la misteriosa y mitológica Ciudad desconocida de 'La Atlántida', sumergida hace miles de años en el Mar, que hubiera emergido súbitamente de las tenebrosas profundidades de las aguas marinas, para posarse con suavidad sobre la líquida superficie separando dos mares. Por lo tanto, para el visitante ávido de nuevas y excitantes emociones, al contemplar en lontananza esta enigmática, alargada y bella panorámica de La Manga, le daba la sensación de ir acercándose, vertiginosa e impacientemente, a un desconocido mundo de relajamiento y ocio placentero como nos lo pintan en los cuentos de 'Las Mil y Una Noches'.

Surgiría en esos momentos el primer y más famoso eslogan turístico de La Manga del Mar Menor: 'Un Paraíso entre Dos Mares'.

La consolidación turística de La Manga

Al comenzar la década de los 70 la consolidación turística de La Manga era ya un hecho irrefutable, su fama desbordaba las fronteras nacionales y su nombre aparecía en los folletos turísticos de todas las agencias de viajes. La enorme proyección de La Manga se reflejó en el conjunto de la comarca del Mar Menor, que asistió a un despegue turístico y a la proliferación de urbanizaciones de segundas residencias.

Asiste a un aumento de su población global del 37, 6 % y al incremento de la ocupación de terrenos para urbanizaciones. Se construye el Puerto Deportivo Tomás Maestre, así como las parcelas y canales navegables de la Hacienda del extremo norte de La Manga o Veneziola y el Casino del Mar Menor.

El crecimiento de los años 70 se nutrió en gran parte con los aportes migratorios procedentes de otros ámbitos de la geografía regional y nacional, atraídos por la dinámica económica y las condiciones de vida del área.

Al entrar la década de los 80 contaba con una población residente de 6.000 personas, repartida entre La Manga de San Javier y La Manga cartagenera, habitando un porcentaje mayor en la segunda.

La Manga en la actualidad: Un Paraíso entre Dos Mares

La Manga del Mar Menor ha ido incrementando su fama internacional como destino turístico excepcional, gracias al gran número de servicios y especiales condiciones climáticas y geográficas. Estas circunstancias hacen las delicias de los miles de turistas que la visitan cada año y de aquellos que tienen en sus urbanizaciones y edificios de apartamentos, esa segunda residencia donde prolongar las vacaciones a cualquier época del año.

Además de ser un destino turístico de primer orden, La Manga de San Javier también es el lugar elegido por españoles y extranjeros para establecer su lugar de residencia habitual, entre los que cuenta con pequeñas colonias de alemanes, franceses, ingleses y suecos.