La actitud tranquila y sincera de su obra

    Los rasgos del carácter de Sandoval se observan al adentrarse en su obra. En ella abundan las reflexiones introspectivas más que una atención desmesurada al mundo exterior.

    Dilata el proceso de escritura, se toma el tiempo que requiere cada una de sus composiciones con calma, percibiéndose cierta disociación entre el Sandoval poeta y el maestro, el esposo, padre y amigo. Al contrario que en su vida diaria, le gusta aislarse y refugiarse para crear, buscando la soledad y la meditación más profundas. Por ello, encuentra las épocas de otoño e invierno como las más idóneas para escribir.

    Combina en sus escritos cierto aire comprensivo, tolerante y humano con otro que trasluce una visión realista y objetiva del mundo que le rodea.

    Le contrarían las desigualdades de la sociedad y las mentiras e hipocresías recurrentes, al tiempo que muestra un exacerbado vitalismo.

Los temas de la poesía de Sandoval

    A pesar de ser muy creyente, su poesía no suele tratar aspectos espirituales, aunque a veces habla de ese "Alguien" que nos respalda.

    La mayor parte de las letras del poeta torreño van dirigidas a esgrimir sus propios recuerdos y vivencias, habitualmente bajo el marco protagonizado por su pueblo. Las Torres de Cotillas son el paisaje más común en sus versos, rememora su infancia, describe estampas costumbristas, se sumerge en la huerta murciana para desentramarla con sus líneas.Todo ello utilizando un lenguaje sencillo no exento de giros locales.

Las fuentes de su inspiración

    La poesía de Sandoval bebe tanto de los autores clásicos como Virgilio, pasando por Lope de Vega o Góngora, hasta llegar a la admiración profesada ante los escritos de contemporáneos como Francisco Sánchez Bautista o Eloy Sánchez Rosillo.

    No obstante, como ya avanzamos anteriormente, no se define como observador de la realidad que le rodea, sino que su inspiración y su escritura nacen dentro de él mismo.