Quesos de Murcia al vino [Caminos del Thader]
Quesos de Murcia al vino
Julio Pedauyé Ruiz

Generalmente cuando se oye hablar de Jumilla la primera referencia en el orden gastronómico es su vino, producto con denominación de origen y que desde hace muchos años se confecciona en un buen número de bodegas a lo largo de la geografía jumillana.

La crisis de la filoxera en Francia favoreció el cultivo de los viñedos en Jumilla, haciendo hincapié en el cultivo de la variedad monastrell, la que mejor se adapta a la climatología de la zona.

Pero, además del vino, Jumilla tiene otros productos con denominación de origen, como la Pera de Jumilla o el queso al vino. La pera de Jumilla es de la variedad Ercolini. Esta pera ya era muy apreciada en tiempos de Felipe II, y hoy día se dedican en el municipio más de 1300 hectáreas al cultivo de esta variedad, apreciada por su jugosa carne blanca y su exterior verdoso con una cara soleada en tonos rojizos.

El queso de cabra ha sido siempre un producto muy típico de las tierras de Jumilla, puesto que el ganado caprino ha sido siempre parte de su motor agropecuario, con una importante ganadería de cabra murciana, una especie típica de la Región de Murcia.

A mediados de los años ochenta se comenzó a promocionar el queso de la región de Murcia, y uno de los más apreciados sería el queso al vino, un queso cuya corteza presenta el tono granate de los lavados de vino a los que se le somete durante su curación.

La gastronomía de La Alquería comparte lógicamente las recetas y preparaciones típicas de Jumilla. Se trata de una cocina, podríamos decir, contundente, sencilla en sus bases y abundante en hidratos de carbono y proteínas, todo lo requerido en zonas donde la climatología puede ser severa en invierno.

El gazpacho jumillano, receta muy unida a las tradiciones culinarias de Albacete  basándose en tortas de trigo sin levadura que, en el guiso con carne, puede incluir caracoles. El trigoentero, consumido tradicionalmente el día de jueves santo, la gacha miga o el mortirigüelo (hígado y sangre de cerdo condimentado con especias) o empanada de patata, también consumida en Semana Santa, hecha a base de patatas fritas, atún en escabeche, piñones, huevos duros y perejil.

Los dulces jumillanos tienen su estrella en los sequillos, masa frita hecha con manteca y glaseada, las pirusas, las cristóbalas, y los mantecados de almendra.