Iglesia de La Puebla (Lentiscar) [Lentiscar]
Iglesia de La Puebla (Lentiscar)
Detalle del Molino en la calle Santa Florentina del Lentiscar (Cartagena) [Lentiscar]
Detalle del Molino en la calle Santa Florentina del Lentiscar (Cartagena)

  Cerca del territorio del Lentiscar cruzaba una de las vías romanas que unían Cartagonova con la antigua Tarraco, más tarde conocida como camino de la Ylada, relacionado también con las sendas que conducían al antiguo monasterio de San Ginés de la Jara. Estos dos datos y el topónimo de la diputación nos obligan a pensar en un poblamiento antiguo de la zona aunque disperso, si bien las áreas geográficas de Cartagena, tras la conquista árabe, no tuvieron especial relevancia para los musulmanes.

  Una de las especies florales más usuales en el paisaje medieval del Campo de Cartagena era el lentisco. De él se aprovechaba la madera y la resina. Su leña daba un fuego vivo, el carbón era excelente, sus cenizas servían para fabricar sosa y la almáciga era una resina muy apreciada para obtener aceite, utilizado muchas veces como combustible o incluso para cocinar. Posiblemente, el topónimo de esta diputación nos venga a recordar que en sus tierras o en parajes concretos era muy común el lentisco.

  No hay demasiados datos históricos que nos revelen la Historia de la diputación del Lentiscar. Por el contrario tenemos una curiosa referencia literaria en 1689, la obra de Ginés Campillo de Bayle 'Gustos y Disgustos del Lentiscar', aunque el nombre de la diputación parece una mera anécdota para el autor, que debió conocerla en su estancia en Cartagena. Pese a esta falta de datos debemos tener en cuenta que la división administrativa es muy tardía en el tiempo (siglo XVIII), por lo que las noticias o detalles, muchos de ellos estadísticos, se suelen referir a algunos de sus parajes y poblaciones.

  Sabemos, sin embargo, que la Torre del Moro, una pequeña torre vigía, se construyó en 1585 como punto defensivo prelitoral ante los continuos asaltos de piratas y berberiscos, que contribuyeron a que esta zona geográfica, como otras, no fuera repoblada de una manera intensa hasta finales del XVII y principios del XVIII, cuando este tipo de amenazas fueron cesando.

  En 1787, en el censo de Floridablanca aparece la población del Lentiscar, descrita como una aldea de realengo con alcalde pedáneo y debía contar con alrededor de cuatrocientos habitantes. Ya antes, en censos y repartos fiscales había aparecido el topónimo, y en el catastro de la Ensenada, en 1755, se citaban las propiedades eclesiásticas de este territorio, paso obligado hacia el monasterio de San Ginés de la Jara.

  En 1847 las tierras del Lentiscar son descritas como tierras incultas y de eriazo, un hecho que dificultaría el ascenso demográfico de esta extensa diputación. De este siglo datan los diversos molinos que se pueden encontrar en los parajes del Lentiscar. Al siglo XX pertenecen las instalaciones militares que el ejército dispone en El Carmolí, antiguo polvorín y, más tarde, campo de entrenamiento del Ejército del Aire que, muy cerca, en el municipio de San Javier, dispone de sus cuarteles y academia de entrenamiento.