No tenemos noticias exactas sobre la realidad del ámbito de la actual Diputación de Mortí durante la Edad Media y la arqueología no ha podido distinguir poblamientos de época tardoantigua y visigoda, si bien, en el interior de Totana sí se encuentran restos de época romana.

  El período histórico que comprende la dominación musulmana de Murcia sufrió continuas crisis sociales y políticas, que hacían inseguras muchas áreas del territorio de la antigua Kora de Tudmir. Los huertos y relieves de Mortí que durante la Prehistoria se habían visto como lugares aptos para el poblamiento no fueron seguros hasta el siglo XVI, momento en el que los habitantes de Aledo, que siempre tuvo un lugar fortificado seguro, van trasladándose al arrabal de Totana.

  Tanto la Diputación de Mortí como la de La Huerta pasaron a ser la despensa agrícola de una Totana que iba creciendo como villa autónoma. Los cultivos de cereal, uva y cítricos, aprovechando las óptimas condiciones del terreno, se generalizaron. Es ya en esta época cuando debieron surgir los primeros asentamientos de población en Mortí, cuando en las cercanías de cada finca los arrendadores y labradores se establecían en caseríos insertos en las áreas de cultivos.

  Durante el siglo XIX la evolución de las zonas cultivadas supuso un cambio muy destacado en la realidad de Mortí, ya que la modernización de las técnicas de cultivo y el conocimiento más profundo de la rentabilidad de los suelos dividió la Diputación en dos áreas diferenciadas por lo cultivado. En la zona norte, Mortí de Arriba se ganaría terreno a los cabezos, roturando nuevas tierras dedicadas al secano mientras que en Mortí de Abajo los cítricos y, en concreto, la naranja pasarían a ser el monocultivo de la zona.

  Lo que a primera vista parecen simples alteraciones agrarias en Mortí vinieron a suponer una considerable inyección económica en Totana que, hasta el momento, centraba sus recursos económicos en actividades artesanales como el bordado o la cerámica. La recolección y manufactura de la naranja incrementó la población activa, especialmente la femenina, y supuso hasta los años 60' del siglo XX un aporte económico importantísimo para el municipio.

  De esta época moderna del XIX y comienzos del XX son algunas de las construcciones que se pueden divisar en Mortí, caseríos y fincas cuyos propietarios, algunos de ellos miembros del espectro social más importante de Totana, establecieron aquí sus residencias. Las líneas y trazados modernistas, las casas con montera y la decoración de estucos se generalizan en un paisaje de espesa vegetación.