Antigüedad
La ciudad de Eliocroca
Próxima a la calzada romana, que discurría paralela al curso del río Guadalentín, se ubicó en la Antigüedad la ciudad romana de Eliocroca. Un miliario del emperador Diocleciano dio a los arqueólogos el indicio de su ubicación exacta, que coincidiría con el emplazamiento actual de Lorca.
En torno a la ciudad romana fueron prosperando una serie de granjas productoras de alimentos, materias primas y pequeñas manufacturas. El equilibrio entre ciudad y mundo rural se mantuvo estable en un principio, pero a partir del siglo II d.C. las granjas o villas romanas comenzaron a crecer a mayor ritmo que la ciudad.
Las villas agrícolas del Guadalentín
El territorio de Marchena era explotado agrícolamente en tiempos de los romanos por las villas colindantes. Entre las de mayor importancia en las proximidades se encontraba la ubicada en el actual emplazamiento de la Torre de Sancho Manuel, en la cercana pedanía de Cazalla. Esta villa creció asimilando pequeñas granjas, que pasaban a estar dirigidas y organizadas por la familia propietaria. No obstante, al margen de las grandes villas subsistieron y se desarrollaron pequeñas explotaciones de colonos y productores modestos.
Otras villas próximas que pudieron ejercer su influencia sobre el territorio de Marchena fueron las de la Hoya de la Escarihuela en La Hoya y la Casa de las Ventanas en Torrecilla. El número total de villas contabilizadas en el territorio lorquino sobrepasa las cuarenta, ya que el fértil valle del Guadalentín se pobló densamente por las facilidades para el cultivo, la abundancia de agua para el riego y el excelente clima.