Canales de riego de Marchena [Marchena_Lorca]
Canales de riego de Marchena


  El aprovechamiento de la huerta de Marchena: los regadíos musulmanes

  La llegada de los pueblos bereberes a la comarca de Lorca no implicó derramamiento de sangre, ya que gracias a la firma de tratados, la ocupación del territorio se hizo de forma pacífica. El Pacto de Teodomiro en el año 713 origina la cora de Tudmir, un amplio reino en manos del Rey musulmán, que abarcaba desde Alicante a Lorca.

  Los emplazamientos de las nuevas urbes musulmanas se erigían en lugares de fácil defensa. La estrategia colonizadora de los pueblos norteafricanos fue fundar núcleos vertebradores, en torno a los cuales se crearon redes de pequeñas granjas y, así, muchas villas romanas se reconvirtieron en alquerías, mientras otras en cambio eran abandonadas.

  La ciudad romana de Eliocroca, origen de la actual Lorca, es de las poblaciones que pasan el testigo a los nuevos colonizadores y en torno a esta estratégica plaza se multiplicaron las pequeñas alquerías, cultivando las fértiles aguas del río Guadalentín. El desarrollo de las técnicas agrícolas, las mejoras en los diseños de las acequias, los sistemas de encauzamiento del río fueron posibles gracias al periodo de paz y prosperidad, que se vivió en la segunda mitad del siglo X.

  Marchena durante el Medievo cristiano

  En torno al núcleo urbano de Lorca, bajo el resguardo de su Castillo, se desarrolló una próspera agricultura para abastecer de alimentos a los habitantes de la ciudad. Los continuos enfrentamientos entre reinos vecinos y la situación de Lorca como término fronterizo tras la Reconquista cristiana en el siglo XIII favorecieron el desarrollo de los señoríos en la zona. La familia más poderosa era la de los Fajardo y Alonso Fajardo 'El Bravo' uno de los miembros más controvertidos del linaje.

  En las proximidades de Marchena, en Alporchones, se produjo una escaramuza en 1452 entre las huestes musulmanas y las tropas de Alonso Fajardo. La victoria cristiana afianzó el dominio cristiano de la frontera y propició la definitiva caída musulmana. Esta batalla fue conmemorada con la construcción de la Colegiata de San Patricio. La situación del territorio como enclave estratégico en la frontera favoreció la concesión por parte de la Corona de fueros especiales. El reino de Lorca como concejo de realengo tuvo derecho a poseer sello propio con distinción. Todos estos beneficios perseguían poblar de castellanos las tierras abandonas por los musulmanes.