![Cultivo de alcachofas en Marchena (Lorca) [Marchena_Lorca]](/servlet/integra.servlets.Imagenes?METHOD=VERIMAGEN_58846&nombre=Marchena_Lorca_Alcachofas_res_720.jpg)
En el siglo XVI el poder de la familia Fajardo había llegado a su culmen. A partir de este momento, la Corona disputará sus derechos y privilegios, decayendo la influencia de estos señores feudales sobre el territorio de Lorca y aledaños.
Lorca y las Diputaciones vecinas
En 1568, durante la sublevación de los moriscos alpujarrenses, Lorca participó activamente en la sofocación de ésta. Más tarde, con su expulsión en 1609, la Diputación lorquina vería mermar su población y sufriría la falta de mano de obra en sus tierras. Además, en el siglo XVI, Marchena también padeció ciclos de sequías y epidemias, que mermaron su población.
La situación a lo largo del siglo XVII fue recrudeciéndose. La suma de catástrofes como sequías, terremotos, inundaciones y epidemias llevó a Marchena al paroxismo económico y dejó a su población casi desaparecida. La industria tradicional de la lana y la seda cayeron junto con las actividades agrícolas. La rotura de los pantanos y posterior inundación de las tierras ocasionó el destrozo de las infraestructuras de riego, que recorrían la huerta del Guadalentín.
La casa de los Borbones en Marchena
El territorio lorquino durante el periodo de reformismo borbónico se vio favorecido por una serie de medidas de modernización. El territorio fue pionero en la aplicación de tales medidas, ya que se quiso observar el efecto de las nuevas medidas en una población modelo, antes de aplicarlo al resto del territorio nacional.
El conde de Floridablanca junto al lorquino Antonio Robles Vives emprendieron medidas de reforma en los territorios de Lorca. Entre las mejoras producidas en este proceso, sin duda, la de mayor envergadura fue la modernización de las infraestructuras hidráulicas, que permitían los regadíos. De esta manera, Marchena fue paulatinamente recuperándose de la crisis del periodo anterior.