En las denominadas como pedanías altas del municipio de Lorca, se situa la conocida pedanía de Avilés. En la entrada de este pequeño pueblo se encuentra la nueva iglesia parroquial, ubicándose en la parte más baja del pueblo y separada de él por una pequeña rambla.

Esta iglesia fue durante muchos años una ermita aneja de la parroquia de San José de Coy, hasta que entre 1967 y 1972 consiguieron ser considerados como una parroquia independiente.

La iglesia actual se realizó gracias a un esfuerzo vecinal que llevó a cabo en 1968 la construcción de esta singular iglesia.

Fue en 1965 cuando el sacerdote don José Ruiz Olivares se puso de acuerdo con los vecinos para reconstruir y agrandar la Ermita de Avilés y hacer además una casa Rectoral.

Los terrenos fueron cedidos por la familia Sequeros de Murcia y para recaudar fondos y poder afrontar los gastos de la nueva construcción, se empezó por vender el solar de la Ermita ya existente, así como la casa parroquial.

Características

Presenta una planta rectangular, disponiendo de una sola nave y dos capillas, una para el patrón San Nicolás de Bari y otra para la Virgen de Los Dolores.

Al exterior el tejado es a dos aguas, recubierto de láminas de uralita. En la parte derecha del edificio tiene una torre-campanario y óculos laterales que aumentan la luminosidad y vistosidad del edificio.

La vieja ermita sabemos que se encontraba en pleno centro del núcleo urbano, lamentablemente no se conservó y se destruyó totalmente, estando hoy en día en lo que fue su ubicación un conjunto de casas familiares.

De su historia poco sabemos, parece ser que a finales del siglo XVIII se constata su existencia. De planta rectangular y con una sola torre son algunos de los pocos datos arquitectónicos que se encuentran, aunque en la mentalidad popular ha perdurado el recuerdo de la riqueza cromática y del colorido del artesonado de madera policromada que jalonaba la techumbre de la ermita.