Son varios los geógrafos árabes que harían referencias detalladas de la geografía del antiguo reino o kora de Tudmir, el territorio conquistado a los visigodos por los musulmanes y que configuraría, primero con siete localidades concretas, y más tarde con nuevas alquerías y áreas pobladas nuevas parte de la actual Murcia.

  Tanto para Al Udri, como para Al Himyari, Al Idrisi o Al Qazwani o Al Rusati, una de las áreas más fértiles de Tudmir se ubicaba en dos lugares, Al Fundum y Fahs Sanqunayra. El primero, aún sin poder precisar su geografía, podría partir desde la rambla de Nogalte hasta la geografía de la población lorquina de La Hoya, y desde ésta hasta la confluencia del Guadalentín con el Segura se extendería el fahs Sanqunayra.

  Datos extraíbles de las fuentes

  Estos dos datos históricos, siendo la obra más antigua la de Al Udri, del siglo XI, no rebelan el origen del topónimo, pero sí afianzan la realidad de su situación geográfica desde la dominación musulmana. Si Sanqunayra deriva del latín sanguinarius, haciendo alusión a un hecho sangriento o a una planta cuya resina sería rojiza como la sangre y abundante en la zona, es algo que solo puede quedar en el ámbito de las hipótesis.

  En todo caso es necesario observar con perspectiva histórica aquellas aseveraciones que utilizan las historiografías modernas de autores del XV, XVI y XVII, como el Catálogo Real de Gonzalo Fernández de Toledo o las obras de Cascales y Saavedra Fajardo. Estos autores repiten afirmaciones en las que con sobrada lírica se rememoran, por ejemplo, la batalla de Guadalete, aquella que haría perder la Península Ibérica a manos árabes al rey visigodo don Rodrigo y al obispo Opas, batalla que en el Catálogo Real se ubica en Jerez de la Frontera y en un campo también llamado Sangonera, una repetición clara de topónimos o una evidente confusión geográfica. Tampoco procede, debido a evidencias cronológicas, hablar de una batalla entre Fernando III y el rey musulmán Ben Hud en el siglo XIII en las inmediaciones de la actual Sangonera, y atribuir a una realidad, sin duda sangrienta, el origen de un topónimo que era ya conocido en el siglo XI.

  Retroceso demográfico

  Sabemos que en el siglo XIII, tras el proceso de Reconquista, comienza un período de parálisis demográfica en la zona, entre otras razones por las permanentes crisis bélicas, ya que el proceso de Reconquista no acabaría hasta siglos después, y un área de paso como el valle del Guadalentín y la comarca de Sangonera, tuvieron que sufrir la inestabilidad política, siendo mucho el territorio cultivado que se fue abandonando. Pero, a pesar de esta realidad, la familia Fajardo, por ejemplo, consiguió reunir bajo su dominio tanto la geografía de Sangonera como la de Alhama y Librilla. Las incursiones moriscas, a modo de razzias, de la época atravesarían con frecuencia el territorio de Sangonera, y el Castillo de Alhama, mantenido por los Fajardo, actuaría como torre centinela hasta bien entrado el siglo XV.