La Alberca

La barroca Ermita de San Antonio el Pobre era la protagonista de un ritual con sabor añejo y centrado en el gusano de la seda.

La producción de seda experimentó un auge espectacular en la Huerta de Murcia entre los siglos XVI y XVII, convirtiéndose en fuente fundamental de riqueza para muchas familias.

Estas gentes de la huerta, siempre preocupadas por sus cosechas y por todas aquellas actividades que les reportasen los productos necesarios para el sustento de sus familias, realizaban una romería a la Ermita de San Antonio el Pobre portando al Santísimo Cristo del Perdón, con el fin de que éste bendijese los huevos de los gusanos de la seda para obtener una buena producción de este material.

La Peña Huertana la Seda intenta mantener viva la llama de esta tradición. Por ello, cada año acompaña en romería al Cristo del Perdón hasta el Convento de Santa Catalina.

Al igual que sus antepasados, los romeros ataviados de huertanos, piden a su Cristo que bendiga la simiente del gusano de la seda.

Otra de las tradicionales romerías de Alberca de las Torres y de sus vecinas pedanías de Algezares y Santo Ángel, tenía lugar cada gélido 17 de enero, festividad de San Antón.

Los romeros acompañaban a San Antón hasta el Monasterio de la Luz y allí celebraban una misa y una merienda. Esta tradición todavía no ha apagado su luz entre el pueblo alberqueño, que aprovecha cuando la festividad tiene el capricho de coincidir con fin de semana, para subir al Valle y celebrar la misa y la merienda de San Antón.