La Historia de Cabezo de Torres se remonta a época medieval, cuando el pueblo árabe levantó una fortaleza en el cerro que le da nombre para que, junto a los castillos de Monteagudo, defendiese el sector Noreste de Murcia. La toponimia de esta población se completó con el apellido catalán Torres, linaje que recibió estas tierras de Alfonso X, como premio por los servicios prestados a las huestes castellanas durante la Reconquista.

  En el siglo XVIII acontece uno de los episodios más memorables del Cabezo de Torres. El busto de la Virgen de los Dolores derrama lágrimas en plena Guerra de Sucesión y la imagen se convierte en la patrona del lugar, bajo el nombre de Virgen de las Lágrimas.

  A finales del siglo XIX Cabezo de Torres se desvincula de Churra y adquiere entidad propia, inaugurando una etapa de desarrollo económico y demográfico que llega hasta la actualidad, convertida ya en una localidad dinámica que ejerce, a su vez, de área residencial y recreativa para los habitantes de la capital.